Coincidiendo con el 33 aniversario de la Casa Sacerdotal, el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, bendijo ayer los seis nuevos apartamentos para sacerdotes ubicados en la que fuese la casa de Mons. Javier Azagra. “Todos los apartamentos son modestos, pero cuentan con lo suficiente para que un sacerdote mayor, activo o jubilado, pueda encontrarse a gusto. Toda la planta se ha hecho sin obstáculos, sin grandes lujos, pero completamente accesible. No hay ningún escalón y los anchos de las puertas son especiales”, afirman sus arquitectos, Juan de Dios de la Hoz y Luis de la Hoz.

Por su parte, el director de la Casa Sacerdotal, José Manzano, expresó su alegría por celebrar esta jornada siendo “más casa y más familia” y señaló que la nueva ampliación tenía por objetivo “acoger a más sacerdotes para vivir la jubilación con esperanza, seguir compartiendo el ministerio, cuidar la vida sacerdotal, vivir los lazos de la amistad y seguir sirviendo a la Iglesia, al menos con la oración”. También destacó que la Casa Sacerdotal está abierta a todos los sacerdotes, desde jóvenes hasta jubilados.

La jornada comenzó, a las 11:00 horas, con la celebración de la Eucaristía, presidida obispo de Cartagena; el obispo auxiliar, Mons. Sebastián Chico Martínez; y el arzobispo emérito de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín. Durante su homilía Mons. Lorca recordó a los sacerdotes fallecidos y destacó que “ellos son una huella de fraternidad que no se debe olvidar”. También agradeció la presencia de los presbíteros de la residencia “Hogar de Nazaret” y señaló que “pese a las dificultades que uno pueda encontrar en la vida, desde el espíritu de la fe, siempre hay más motivos para dar gracias al Señor y para la alegría”. Finalmente, el prelado pidió al Señor “el coraje necesario para poder seguir trabajando juntos por el Reino de Dios”.

Después, el Salón Azagra acogió la lectura de la obra de teatro “Júbilo en la casa de Dios”, escrita y protagonizada por el presbítero Vicente García, acompañado del director de la casa, José Manzano, y dos sacerdotes más: Juan Fernández y Manuel Peñalver. Tras la representación, Manzano, en nombre de los sacerdotes de la Casa Sacerdotal, hizo entrega al obispo de la obra pictórica “El Buen Pastor”, del sacerdote diocesano Leandro Fernández López, que no pudo acudir al acto.