Nace en Vitoria ACT Studio, la escuela de cine para impulsar la cantera audiovisual de Álava
El centro de formación surge para dar respuesta al auge de rodajes en el territorio, que ofrece los incentivos fiscales más potentes de Europa para el sector

ACT Studio, la escuela de cine de Vitoria
Vitoria - Publicado el
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El ecosistema audiovisual vasco ha dado la bienvenida a ACT Studio Escuela de Cine, la primera escuela de cine de Vitoria. El proyecto nace en un contexto de ebullición para la industria, especialmente en Álava, que con una deducción de hasta el 70% se ha consolidado como el territorio con los incentivos fiscales más altos de Europa y uno de los más competitivos del mundo. Este atractivo se tradujo en más de medio centenar de rodajes en la provincia solo el año pasado, y más de 250 grabaciones en el conjunto de Euskadi.
Una comunidad para la industria
La escuela ha sido fundada por la directora Elena Valverde y el actor Adrián Santos, que detectaron la necesidad de un punto de encuentro para los profesionales del sector en Vitoria. “Vimos que no había un sitio donde poder encontrarnos con compañeros de la industria”, explica Valverde. Así, el proyecto arrancó con la vocación de “crear comunidad de cine” en un territorio donde la formación actoral se había centrado tradicionalmente en el teatro.
La transición hacia la docencia fue una respuesta natural a la demanda del propio sector. “Fue un poco por reclamo”, comenta Santos. Tras el éxito de los primeros talleres, la apertura de una escuela se convirtió en un paso decisivo. Desde que iniciaron las formaciones regulares el pasado octubre, ya cuentan con 30 alumnos.
Formación práctica ante la cámara
ACT Studio ha comenzado su andadura formativa con cursos de interpretación ante la cámara, el punto fuerte de sus fundadores, pero ya preparan nuevas formaciones en dirección de fotografía y dirección de cine. Su oferta es flexible, con talleres trimestrales, un curso anual y una diplomatura de dos años.

La escuela funciona como un auténtico set de rodaje
La metodología es eminentemente práctica, enfocada en preparar a los alumnos para la realidad del sector. Santos subraya la diferencia fundamental con el teatro: “La cámara lo coge todo”. Por ello, el entrenamiento se centra en la contención y la naturalidad. “Como la cámara coge hasta los pensamientos, me gusta decirle a los alumnos: ‘Cuando la cámara te está mirando, te está leyendo la mente, así que no hace falta que quieras hacer qué haces, simplemente haz’”.
Ubicada en la calle Santa Lucía, la escuela ha sido concebida como un gran plató. “Toda la escuela es un set de rodaje. Si me tienen que sacar a mí de la oficina para grabar ahí, que me saquen”, afirma Valverde. Las instalaciones incluyen una sala de castings, una sala de producción para trabajo de mesa y corporal, y un plató de caja negra para rodajes.
Un puente para la sostenibilidad del sector
El objetivo final de ACT Studio es contribuir a que el crecimiento de la industria local sea sostenible. “Tenemos que hacer que este crecimiento sea sostenible y la formación hace que haya gente de aquí bien formada y que Álava pueda asumir todo lo que se viene”, reflexiona Valverde. Además de formar, el centro ofrece sus espacios a productoras para ensayos, reuniones o lecturas de guion.
Los fundadores son claros sobre el futuro laboral de sus alumnos: no ocultan la “incertidumbre” de la profesión, pero les proporcionan las herramientas necesarias para aumentar sus oportunidades. Asimismo, les orientan sobre la diversidad de perfiles profesionales que existen en un rodaje, más allá de la interpretación, como directores de casting o auxiliares de producción.
La cámara te está leyendo la mente, así que no hace falta que quieras hacer qué haces, simplemente haz
Actor y jefe de estudios en ACT Studio
Como un “escaparate” para su talento, la futura página web de la escuela tendrá un apartado para que el alumnado de interpretación pueda publicar su perfil a disposición de directores y productoras. El proyecto se abre también a las nuevas generaciones con un grupo para jóvenes de entre 9 y 16 años, con el objetivo de despertar vocaciones y construir la cantera del futuro.



