Los médicos vascos toman las calles en Bilbao y dicen basta: "No podemos más"

Los médicos vascos han visibilizado este martes en las calles de Bilbao su profundo malestar en la primera de las cuatro jornadas de huelga a nivel nacional. Convocados por el Sindicato Médico de Euskadi, se han manifestado para mostrar su rechazo al estatuto marco que prepara el Ministerio de Sanidad, un texto que, denuncian, se ha elaborado sin contar con ellos y que empeora sus condiciones laborales.

Un estatuto negociado de espaldas a los médicos

La principal queja es que el nuevo estatuto se ha negociado sin su participación. Así lo explica en Cope Euskadi Elena del Val, anestesista en el Hospital Donostia: "Estamos rechazando totalmente el estatuto marco que se quiere implantar a nivel de todo el estado porque no nos han dejado negociar nuestras condiciones". Denuncia que en la mesa de negociación "solamente hay un médico, y ese médico tiene voz, pero no tiene voto, con lo cual no hemos podido ejercer nada, ni decir nada, ni comentar nada de nuestras peculiaridades, tanto laborales como de nuestras responsabilidades".

la situación se agrava: "No podemos más"

Esta huelga llega en un contexto que la propia Del Val califica de crítico. "Ya se sabía que el Sistema Nacional de Salud estaba abocado a muchos problemas, sobre todo, porque hay mucho déficit de médicos", señala. Considera que esta "deficiencia estructural del sistema ya era conocida y se podía haber previsto", y la atribuye a factores como el envejecimiento de la población, una mayor demanda asistencial y la jubilación de la generación del 'baby boom'. Del Val afirma que hasta ahora esta carencia "se ha ido compensando aumentando las cargas asistenciales de trabajo de los médicos, hasta que ha llegado un momento en el que ya no podemos más".

Entre las condiciones que más urge mejorar, la anestesista enumera un largo listado de agravios: desde guardias de 24 horas sin los descansos posteriores obligatorios y que tampoco computan en la cotización hasta la pretensión de implantar una jornada laboral de 45 horas, pasando por la imposibilidad de la conciliación familiar. A esto se suman los "contratos basura" que se ofrecen a los médicos más jóvenes, con duraciones de apenas un mes y sin derecho a vacaciones, lo que desincentiva a las nuevas generaciones.

La situación ha provocado una fuga de talento que agrava aún más el problema. "Hace 30 años la gente no tenía inglés y no podía irse, pero ahora mucha gente se mete en internet y dice: oye, que en Inglaterra me pagan mucho más, me dan una casa...", lamenta del Val. Esta realidad supone un desperdicio de la inversión en formar a un médico, un proceso que dura un mínimo de 10 a 11 años y cuyo reconocimiento profesional y salarial, denuncia, no se corresponde ni con la formación ni con la responsabilidad que asumen.

Tú te montarías en un avión cuando sabes que el piloto lleva trabajando 17 horas seguidas"

Elena del Val, anestesista del Hospital Donostia

Para concienciar a la población del riesgo que esta precariedad supone, los médicos lanzan una pregunta directa: "¿Tú te montarías en un avión cuando sabes que el piloto lleva trabajando 17 horas seguidas? Pues eso es lo que a nosotros nos pasa". Elena del Val insiste en que estas jornadas maratonianas, sin comparación en otros sectores, provocan una "pérdida de calidad asistencial" que ya no es sostenible. "Estamos trabajando en malas condiciones, por lo tanto, no podemos dar una buena asistencia", sentencia.

No es solamente el problema de los médicos, la huelga. Es un problema de toda la sanidad pública y de toda la población"

Elena del Val, anestesista

Por ello, del Val recalca que la movilización transciende lo laboral. "No es solamente el problema de los médicos, la huelga. Es un problema de toda la sanidad pública y de toda la población, porque todos vamos a llegar a ser pacientes", advierte. Asegura que han llegado a la huelga como último remedio, a pesar de ser un colectivo poco habituado a la protesta. "Somos seres humanos, somos personas, somos madres, somos hijas. No podemos conciliar nuestra vida familiar. Todos los demás sí y nosotros no. Entonces hemos dicho, ya basta".

Seguimiento "falseado" por los servicios mínimos

Aunque la respuesta del colectivo ha sido masiva, del Val advierte de que las cifras oficiales de seguimiento pueden resultar engañosas. "Nos han impuesto unos mínimos bastante elevados y los números que se manejen van a estar falseados", explica. A esto se suma la desprogramación de consultas y otras actividades no urgentes, lo que reduce la afluencia a los centros y proyecta una imagen de menor impacto. Pese a todo, concluye que el sentir del colectivo es claro: "La respuesta nuestra es sí, todos queremos hacer huelga. O, bueno, una inmensa mayoría".