El juicio contra el tatuador de San Sebastián acusado de abusos sexuales a 14 clientas quedó ayer lunes visto para sentencia, con el testimonio del acusado, que se presentó como víctima de una conspiración dirigida por un competidor y negó los hechos. El juez titular del Juzgado de lo Penal número 2 de San Sebastián ha decretado la libertad provisional para el tatuador, que llevaba hasta ayer un año y ocho meses en prisión provisional. El juez establece como medida que el acusado deberá comparecer el día 1 de cada mes en el juzgado de guardia a la espera de dictar sentencia.

El acusado declaró ayer lunes durante dos horas en la última jornada del juicio y negó haber abusado de estas mujeres o haber mantenido ningún comportamiento inapropiado con ellas. "No soy un monstruo ni un sádico sexual" afirmó el tatuador, que aseguró tener pruebas de que todas las denuncias son falsas y que las acusaciones se deben a la conspiración dirigida por un competidor que quería "quitarle el negocio". Sin embargo durante el juicio las afectadas relataron diferentes episodios de acoso, proposiciones de índole sexual, piropos, tocamientos y envío de mensajes que les hicieron sentirse acosadas. 

La Fiscalía, que incialmente solicitaba penas que suman 21 años de prisión elevó ayer su solicitud en ocho de las acusaciones, hasta los 28 años y medio de reclusión en total, mientras que las dos acusaciones particulares, que representan a dos de las víctimas, han solicitado cinco años de prisión cada una por sendos delitos de agresión sexual y otros cinco una de ellas por un delito contra la intimidad. Finalmente la defensa ha reclamado la absolución de su cliente.