José Javier Pardo, superior del Santuario de Loyola, sobre el legado del Papa Francisco: "Es irrenunciable"

El Santuario de Loyola, en Euskadi, se ha quedado con la espinita de no haber recibido a Francisco como Papa.

Un lugar casi de peregrinaje obligado para los jesuitas y al que el pontífice, el primero que pertenecía a esta congregación, tenía intención de viajar. Lo confirma en COPE José Javier Pardo, superior del Santuario: "voluntad inicial sí ha habido de visitar Loyola y el País Vasco, pero luego ya se iba viendo que las preferencias del Papa Francisco han sido otras, las periferias".

"Estábamos esperándole con gusto", reconoce al tiempo que aclara que no hay constancia "oficial ni extraoficial" del paso previo de Bergoglio por "esta casa lugar de referencia para todo jesuita" cuando al final de su formación en Alacalá de Henares puso rumbo al norte de España con un compañero navarro de la congregación. 

¿Ventajas para los jesuitas?

No hubo acercamiento físico, por tanto, pero sí una proximidad emocional que ha permitido a los jesuitas restablecer puentes con la Santa Sede. "Ha habido un acercamiento afectivo al Vaticano tras unos años de relación más tensos, de relación más formal. Con el Papa Francisco ha habido un tono de cercanía", celebra José Javier Pardo, quien aclara que su pertenencia a la Compañía de Jesús tampoco supuso "beneficios" o "ventajas" para los jesuitas.

herencia con raíces teológicas

Es muy amplio el legado que deja el Papa Francisco, centrado en los más vulnerables y comprometido con el medio ambiente. Y la pregunta que ahora todos se hacen se la trasladamos al superior del Santuario de Loyola, ¿pervivirá esa herencia? 

"Yo creo que son temas que se han puesto sobre la mesa y que son irrenunciables, está clara su vinculación cristológica, con raíces teológicas, estas opciones por los pobres, por los migrantes y por quienes se desplazan por el cambio climático no son preocupaciones personales del Papa Francisco, ni pasajeras", responde en nuestros micrófonos.