Las cifras de acoso escolar siguen aumentando en Euskadi. En 2008 el Gobierno Vasco detectó 75 posibles casos frente a los 1.500 estudiados el pasado curso 22/23, de los que 218 fueron "identificados" como tal, lo que supone 61 casos más que en el curso precedente.

Casi la mitad de los casos se producen en primero y segundo de la ESO y el 27% es a través de las redes sociales, el conocido como ciberbullying. No obstante la agresión verbal representa el 85% de los casos, seguida de la exclusión social en el 53,6%, la agresión física en el 34% y por último la intimidación, chantaje y amenazas en el 33% de los casos.

Bizikasi es el protocolo que el departamento de Educación ha implantado desde hace 7 años en los centros escolares vascos con formación específica y nuevas herramientas que persiguen lograr una "mayor sensibilización" para atajar el problema. La viceconsejera de Educación en funciones, Begoña Pedrosa, explica que "existe más concienciación sobre que hay que abordar este problema con rigor para que nadie sufra".

Pedrosa destaca la necesidad de crear estructuras e interacciones entre todos los miembros de la comunidad. "Empoderar al alumnado, a los docentes y las familias para que estos casos no se den y en el caso de que se detecte cualquier señal de violencia podamos poner toda la maquinaria en marcha", subraya la viceconsejera de Educación en funciones. A ello contribuye además el papel más activo ante estas situaciones de los inspectores y la mejora de las herramientas de detección.

CENTROS ESCOLARES

Los centros escolares como Aldapeta María Ikastetxea de San Sebastián valoran positivamente el protocolo de Educación para detectar de forma "más temprana" los casos de acoso escolar.

El director de este centro escolar, José Eizmendi, asegura que es "clave y fundamental" actuar sobre la "masa silenciosa" que hay en los colegios y que "entiendan que tienen que pronunciarse contra los que llevan el acoso adelante y se sumen al grupo de los que queremos que esto acabe ".

De hecho en este centro escolar existe la figura del "coordinador de convivencia", centrado en esta labor de convivencia y según nos cuenta "una de sus labores fundamentales es precisamente el trabajo con este grupo de silenciosos".