
A la izquierda baldosa de Barcelona, a la derecha la de Bilbao
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Fue ver anoche a Albert Rivera sacar el adoquín de su atril y estallar las redes sociales. Ese momento, ya de por sí anecdótico, causó gran sopresa en Bilbao y generó entre los bilbaínos todo un debate en torno a si esa baldosa que esgrimía el líder de Ciudadanos era o no un trozo de uno de los 66 millones de baldosas que cubre las calles de Bilbao, todo un emblema de la Villa hasta tal punto que hoy en día se puede encontrar en muchos tipos de dulces y souvenires, pañuelos de la Aste Nagusia (Semana Grande), de Bilbao, pulseras, camisetas, llaveros, bolsos, zapatillas, cojines… hasta tatuajes.

-
Todo tiene una explicación. Se trata de dos baldosas muy parecidas, sí, pero no son exactamente iguales. Barcelona tiene una loseta, denominada flor de Barcelona o rosa de Barcelona, que fue diseñada por Josep Puig i Cadafalch. Un adoquín de 20x20 centímetros presente en muchas calles de la ciudad, sobre todo en el distrito del Eixample.
La de Bilbao es también una roseta, cinco círculos colocados como si fuesen una flor de los que salen unos surcos que son los que la convierten en única. Ninguna otra tiene esos canales pensados para el encauzamiento, creados con la intención de que corra el agua y no quede estancada. Aunque el origen no está claro, se sabe que se empezó a colocar en los años cuarenta o cincuenta pero es a partir de los años 90 cuando los bilbaínos empiezan a considerar la baldosa como algo propio y característico,
Diseño Original
El diseño original de la baldosa modelo “Bilbao” fue creado en el taller municipal durante una fecha indeterminada entre las décadas de 1940 y 1950. Sería probablemente un rediseño adaptado de una baldosa de tamaño ligeramente superior (“Rosa” o “Flor” de Barcelona), ideada por Josep Puig i Cadafalch, que ya se usaba en la ciudad condal así como en otros lugares. En Bilbao, para la fabricación, al hormigón y mortero se añadió un compuesto químico de hierro (y virutas) para aumentar su seguridad y su resistencia. Fuentes más imprecisas defienden una datación anterior que se remonta a las décadas de 1920-1930, período en el que serían elaboradas, bien por Eduardo Sáenz de Venturini o bien por la factoría de mosaicos “La Moderna”, ya en forma de roseta y con los cuatro canales laterales para desaguar correctamente en épocas de lluvia.
En la actualidad las baldosas que se colocan y reponen en Bilbao son encargadas por contrato a diversos fabricantes, presentadas en cuadrados más grandes que los primigenios (30 x 30 cm.), El modelo Bilbao de la baldosa se puede comprar, por lo que no es raro encontrarla en otras ciudades de España, o incluso en otros países como Argentina, pero en ningún lugar tantas como en Bilbao cuyo suelo está cubierto por 66 millones de baldosas.