Álava tiembla de nuevo: un terremoto de magnitud 4 sacude la provincia
El seísmo, el más fuerte de los últimos seis meses, se ha sentido en Vitoria y Logroño, generando inquietud por la reciente actividad sísmica en la zona

(Foto de ARCHIVO)SismógrafoREMITIDA / HANDOUT por TWITTERFotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma17/7/2019
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La noche de este domingo, la tierra ha vuelto a temblar en el País Vasco. Un terremoto de magnitud 4.0 ha sacudido la provincia de Álava, un evento que, si bien no ha provocado daños personales ni materiales de importancia, sí ha generado una considerable inquietud entre los ciudadanos. El seísmo se ha registrado en torno a la medianoche, sorprendiendo a muchos vecinos en sus casas, donde han notado cómo algunos objetos se balanceaban de forma perceptible, un recordatorio de la fuerza latente de la naturaleza.
Este temblor no es un hecho aislado. Se trata del tercer seísmo registrado en la zona en lo que va del mes de diciembre y el segundo en la última semana, lo que dibuja un escenario de actividad sísmica inusual. De hecho, con su magnitud de 4.0, este terremoto se convierte en el más fuerte de los últimos seis meses, superando con creces al que tuvo lugar el pasado 14 de julio, que apenas alcanzó una magnitud de 1,7 en la escala de Richter.
Epicentro a pocos kilómetros de la capital
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha situado el epicentro del temblor a tan solo cinco kilómetros de la localidad de Iruña Oka / Iruña de Oca, en Álava, y a varios kilómetros de profundidad. Su relativa intensidad ha hecho que la onda expansiva se sintiera con claridad en un amplio radio, afectando a municipios cercanos como La Puebla de Arganzón y Kuartango. La sacudida también ha sido notificada por habitantes de núcleos urbanos más grandes y distantes, como la capital provincial, Vitoria-Gasteiz, e incluso Logroño y Basauri.
La ciencia pide la colaboración ciudadana
Tras el suceso, el IGN ha activado su protocolo habitual y ha puesto a disposición de la población el llamado "cuestionario macrosísmico". Se trata de una herramienta digital fundamental para que los científicos puedan recopilar información de primera mano sobre los efectos del terremoto. A través de este formulario, cualquier persona que haya sentido el temblor puede aportar datos valiosos sobre su experiencia, ayudando a los expertos a construir un mapa preciso de la intensidad y el alcance del fenómeno.
El cuestionario indaga sobre aspectos muy concretos: dónde se encontraba la persona, si estaba en movimiento o en reposo, cuál fue su reacción inicial —desde la sorpresa hasta la alarma— y, sobre todo, cómo se comportó el entorno. Se pregunta por la vibración de cristales, el balanceo de objetos colgados o si algunos llegaron a caerse de las estanterías. Según el IGN, "estos datos son imprescindibles para calcular los daños que se hayan podido provocar" y para evaluar con exactitud la intensidad real en cada punto del territorio afectado.
Estos datos son imprescindibles para calcular los daños que se hayan podido provocar"
Un protocolo con siglos de historia
La idea de recoger los testimonios de la población tras un seísmo no es nueva. De hecho, su origen en España se remonta a mediados del siglo XVIII. Fue el rey Fernando VI quien, conmocionado por la devastación que causó el gran terremoto de Lisboa en 1755 —un desastre que se cobró la vida de casi 100.000 personas en toda la Península Ibérica—, ordenó realizar una encuesta exhaustiva en todos los pueblos y ciudades para conocer con detalle los efectos del temblor. Aquel primitivo cuestionario es el precursor directo del sistema que hoy utiliza el Instituto Geográfico Nacional, aunque lógicamente ha sido adaptado y perfeccionado a lo largo de los años.
La repetición de estos fenómenos en Álava durante las últimas semanas mantiene en alerta a las autoridades y a los geólogos, que analizan cada nuevo evento para entender mejor el comportamiento sísmico de la región. Aunque la actividad sísmica en el País Vasco es generalmente de baja intensidad, la magnitud del último temblor invita a no bajar la guardia y a recordar la importancia de los sistemas de monitorización y de la participación ciudadana para garantizar la seguridad de todos.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.




