El pueblo de Navarra que tiene un habitante y una casa que lo podrá cambiar todo: “Luchar contra la despoblación”
En Navarra hay un total de 174 localidades en riesgo de despoblación

Pamplona - Publicado el
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En Navarra hay un total de 174 localidades en riesgo de despoblación. Según los últimos datos del Gobierno Foral, mientras la población navarra ha aumentado un 26 % en los últimos treinta años, el 56 % de los municipios ha perdido habitantes en ese mismo periodo. Además, el 96 % de los municipios menores de 100 habitantes han perdido población en los últimos años. Datos que reflejan que el fenómeno de la despoblación no es ajeno en la Comunidad Foral.
La despoblación afecta especialmente y de una forma grave a zonas como el Pirineo, las comarcas de Sangüesa y Estella. Por eso son muchos los proyectos tanto públicos como privados que intentan luchar contra la despoblación y buscan revitalizar las zonas más afectadas. Uno de ellos es el proyecto “Casa Perotx”.
Adoáin y su único habitante
El proyecto Casa Peroch, está destinado a convertirse en un referente en la lucha contra la despoblación rural, al mismo tiempo que ofrece una experiencia cultural única. Una iniciativa que busca revitalizar un antiguo edificio en desuso, a la vez que se respeta el entorno natural y se fomenta la sostenibilidad.
Para hablar de Casa Perotx nos tenemos que ir hasta Adoáin, un pueblo ubicado en el Prepirineo navarro, en concreto, en el Valle de Urraúl Alto. Situado en uno de los enclaves más deshabitados de Europa con un índice de apenas 0,9 hab/km² (el umbral europeo de despoblación extrema está situado en menos de 8 hab/km²), cuenta con sólo un habitante permanente de 93 años.
Allí, en medio del silencio y la calma que rodea sus cuatro calles, se erige “Casa Perotx”. Este proyecto que lleva el nombre de una antigua casa de piedra del siglo XVIII, —incluida en el Registro de Bienes del Patrimonio Cultural de Navarra como “bien de relevancia local”— y patrimonio material en situación de abandono desde hace dos décadas.
En su última etapa como lugar de vida, entre 1980 a 2005, esta imponente casa de piedra de 800m², cuatro plantas conectadas por una deslumbrante escalera de madera y un esplendido frontón cubierto, estuvo cedida por el Gobierno de Navarra a la Orden de los Capuchinos. En esos años llegó a ser un espacio de encuentro que acogió campamentos de verano, actividades deportivas y celebraciones populares. Veinte años después, uno de los objetivos del proyecto Perotx es devolver al edificio esa función colectiva, convirtiéndola, de nuevo, en un lugar de convivencia, abierto a la colaboración intergeneracional entre las personas residentes y la población flotante, y convertirla en un elemento clave para la recuperación cultural, social y emocional de un territorio demográficamente abocado a la extinción.
Casa Perotx, la casa que revitalizará Adoáin
Un grupo de personas, vinculadas a Adoáin, han lanzado este proyecto que busca rehabilitar Casa Perotx y convertirla en un lugar social, cultural y de creatividad para dinamizar la zona. Eso sí, manteniendo la sostenibilidad. En una entrevista en Cope Navarra, Íñigo Martínez, uno de los impulsores del proyecto, explica que “la idea comienza hace un año y medio, cuando el gobierno de Navarra sacó a subasta la Casa Perotx, que había sido un albergue durante 25 años, pero llevaba 20 años en desuso”. Después de algunas dudas iniciales sobre la viabilidad de adquirir este gran edificio, un grupo de personas logró ganar la subasta.
Los nuevos propietarios se sintieron responsables de lo que habían adquirido, conscientes de que no solo estaban recuperando un patrimonio arquitectónico, sino también de la importancia que este proyecto tendría para la zona. “Sentíamos que había una responsabilidad por el edificio, el pueblo y su gente. Queríamos hacer algo que ayudara a revitalizar el valle, que lucha por mantener la vida en un entorno cada vez más vacío”, indica.
El objetivo del proyecto es crear un espacio cultural con alojamiento. “La idea es que el motor de Casa Perotx sea la actividad cultural y creativa. A pesar de estar a 50 kilómetros de Pamplona, un lugar con una población escasa, pensamos que podríamos atraer a personas interesadas en pasar fines de semana en un ambiente tranquilo y apartado, o incluso en residencias artísticas”, menciona. Además, este proyecto no solo busca la recuperación del edificio, sino también la revitalización de la zona, ofreciendo una alternativa a los habitantes locales y colaborando con la economía del valle.
sostenibilidad
Un aspecto fundamental del proyecto es la sostenibilidad. A través de su enfoque respetuoso con el medio ambiente, Casa Perotx busca crear un impacto positivo tanto en el entorno natural como en la comunidad. Sugún cuenta Martínez, “queremos evitar al máximo cualquier impacto negativo, respetando tanto el edificio como el entorno natural”. Este compromiso se refleja en la forma en que se está llevando a cabo la restauración y en la gestión de la finca.
La naturaleza que rodea la Casa Perotx, con su biodiversidad, es uno de los principales atractivos de la zona. “El valle tiene una fauna impresionante, desde ciervos, zorros y jabalíes hasta aves rapaces. Además, la falta de contaminación lumínica hace que las noches en el valle sean realmente espectaculares, con un cielo estrellado único”, apunta.
DESAFÍOS y campaña de apoyo
El proyecto también se enfrenta a algunos desafíos, como la compleja normativa de restauración y la necesidad de adecuar las instalaciones sin perder su esencia. A partir de septiembre, comenzarán las obras de reforma, que se espera estén finalizadas para abril del próximo año. Y es que, dice “afortunadamente, hemos recibido subvenciones del Departamento de Desarrollo Rural, así como apoyo para el mobiliario y las actividades del proyecto a través de la ayuda Innova Rural de la Fundación Caja Navarra”.
El proyecto Casa Perotx está, por ahora, en una fase de promoción y captación de apoyo. Se encuentra en una campaña de crowdfunding a través de la plataforma Goteo.org, invitando a la comunidad a participar en la iniciativa, ya sea con donaciones o con su implicación en las actividades que se organizarán una vez el proyecto esté en marcha. Aunque aún no está abierto al público, se espera que en el futuro cercano Casa Perotx ofrezca estancias de fin de semana y residencias artísticas para grupos pequeños, con un enfoque en actividades culturales, creativas y sostenibles.
La revitalización de Adoáin y del Valle Urraúl Alto, aunque aún en sus inicios, ya está demostrando ser un esfuerzo valioso. “Queremos contribuir con un pequeño granito de arena para frenar la despoblación. No se trata de un proyecto que atraerá grandes multitudes, sino de un lugar donde unas 15 o 20 personas pueden disfrutar de un fin de semana en contacto con la naturaleza, aprender de la cultura local y participar en actividades creativas. Todo ello mientras se apoya a los productores locales”, concluye.
En conclusión, Casa Perotx no solo es un proyecto arquitectónico, sino un esfuerzo por revitalizar un valle que ha sufrido la despoblación durante años. A través de la cultura, el arte y el respeto al medio ambiente, busca ofrecer a quienes lo visiten una experiencia única, al tiempo que contribuye a la sostenibilidad y a la lucha contra la despoblación rural.