Un psicólogo explica el poder del 'efecto Pigmalión': cómo las expectativas de los demás moldean tu éxito

Este fenómeno psicológico demuestra cómo las creencias ajenas, tanto positivas como negativas, pueden impulsar o limitar el potencial de una persona sin ser conscientes de ello

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el

3 min lectura

El psicólogo y biólogo Alfonso Echávarri, director del Teléfono de la Esperanza en Navarra, ha explicado en COPE Navarra la enorme influencia que tienen las expectativas de los demás sobre el rendimiento y la autoestima de una persona. Este fenómeno, conocido como efecto Pigmalión, se manifiesta especialmente en entornos educativos y empresariales, donde las creencias de figuras de autoridad pueden moldear la realidad de un individuo de forma inconsciente. Echávarri también ha abordado sus contrapuntos, el efecto Golem (negativo) y el efecto Galatea (centrado en las propias creencias).

El origen del efecto Pigmalión

El efecto Pigmalión recibe su nombre de un mito griego. Según relata Echávarri, Pigmalión era un escultor que, frustrado por no encontrar a la mujer perfecta, decidió esculpirla. Una noche soñó que su obra, Galatea, cobraba vida, un deseo que la diosa Afrodita convirtió en realidad. Sin embargo, el concepto psicológico fue acuñado en los años 60 por el psicólogo Robert Rosenthal y la directora de escuela Lenore Jacobson, quienes realizaron un famoso experimento en San Francisco.

El experimento consistió en engañar a los profesores de un colegio, haciéndoles creer que un grupo de alumnos, elegidos en realidad al azar, había obtenido puntuaciones muy altas en un test de inteligencia. Al finalizar el curso académico, los investigadores aplicaron una prueba real y descubrieron que "casi el 50 % de los alumnos catalogados como muy inteligentes obtuvieron una media de unos 20 puntos más que el resto". Alfonso Echávarri explica que las altas expectativas de los profesores influyeron positivamente en el rendimiento de estos estudiantes, ya que de forma inconsciente "les prestaron más atención o les explicaban con más paciencia".

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Efecto Golem: la profecía negativa

Cuando las expectativas generadas sobre una persona son negativas, se produce el efecto contrario, conocido como efecto Golem. Este nombre proviene de un mito de la mitología judía sobre una criatura de barro, torpe y con poca voluntad. Según el psicólogo, este fenómeno se alimenta de mensajes limitantes que una persona recibe de forma continuada, como "eres un vago", "eres un desastre" o "nunca llegarás a ningún sitio".

Nunca llegarás a ningún sitio"

Estos mensajes negativos, a menudo emitidos de forma inconsciente por padres o educadores, provocan que la persona "se lo vaya creyendo" y "no confíe en sus posibilidades". Como consecuencia, detalla Echávarri, su autoestima se reduce, su rendimiento académico empeora y sus relaciones interpersonales pueden volverse deficitarias por la falta de confianza en sí misma. El experto subraya que este efecto también está "muy extendido" en el mundo de la empresa según la confianza que se deposite o no en los trabajadores.

El poder de creer en uno mismo: el efecto Galatea

El tercer concepto presentado por Echávarri es el efecto Galatea, que se centra en "el poder de las propias creencias sobre uno mismo". A diferencia de los otros dos, aquí el foco no son las expectativas externas, sino la autoeficacia y el locus de control interno: la creencia de que uno tiene el control de su propia vida. En contraposición, el locus de control externo lleva a la persona a atribuir sus resultados a factores como "la suerte, el destino o a otras personas".

Para fomentar un desarrollo positivo, el psicólogo aconseja aplicar de forma consciente el efecto Pigmalión. Una de las claves es "centrarnos en los puntos fuertes de las personas, en vez de solo en las debilidades". También es fundamental evitar el uso de etiquetas negativas y aprender a separar al individuo de sus acciones. Como afirma Echávarri, "hay que diferenciar lo que es la persona de lo que es la conducta de la persona". Es más constructivo decir "has hecho esto mal" que "eres una persona que haces todo mal".

Hay que diferenciar lo que es la persona de lo que es la conducta de la persona"

Finalmente, el director del Teléfono de la Esperanza en Navarra destaca la importancia de "reconocer los logros alcanzados". Pone un ejemplo del ámbito académico: si un estudiante con diez asignaturas suspende dos, "eso quiere decir que ocho las ha aprobado". Por ello, insiste en la necesidad de recompensar el progreso y practicar el refuerzo positivo para motivar a las personas a seguir desarrollando conductas adecuadas y a construir una autoconfianza sólida.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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