Salsipuedes, la calle de Pamplona que te atrapa en la historia: "Es como si viajaras al pasado"
El autor Juan Echenique desvela las curiosidades de este pintoresco rincón de 23 metros, una de las calles con más encanto y pequeñas de toda España
Pamplona - Publicado el - Actualizado
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El escritor y experto en la historia de Pamplona, Juan Echenique, ha desvelado en COPE Navarra los secretos que esconde la emblemática calle Salsipuedes. Este pequeño rincón del Casco Antiguo, ubicado junto a la Catedral, es conocido por ser uno de los más originales y pintorescos de la ciudad, además de ser la séptima calle más pequeña de España con solo 23 metros de longitud.
Un nombre con eco en España
Aunque su nombre pueda parecer único, Echenique explica que no es tan original como aparenta. "También hay calles Salsipuedes, por ejemplo, en Madrid o en Jaén o en Cudillero o en Chiclana, en Cádiz", señala el autor. A pesar de ello, destaca que "no le quita nada de encanto a la nuestra". La calle ostenta su denominación actual de forma oficial desde el año 1861, si bien un siglo antes los pamploneses ya se referían a ella como la "Calleja de Salsipuedes", un detalle que todavía hoy se conserva en su placa.
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Un viaje al pasado en pleno Casco Antiguo
Para Echenique, pasear por Salsipuedes es una experiencia especial. "Yo suelo decir que esta calle, esta es mi opinión, es como un remanso de paz", afirma. La sensación que le transmite es la de que "el tiempo va más despacio y de que es como si viajaras al pasado". Este ambiente se ve reforzado por su entorno, al que se llega tras pasar por lugares con gran encanto medieval como el Caballo Blanco o la calle del Redin.
Es como un remanso de paz"
Justo enfrente de la calle se encuentra la fuente de los delfines, que según Echenique, es la "única fuente farola que hay en Pamplona". Originalmente, estuvo ubicada en la plaza de Santiago, pero más tarde fue trasladada a su emplazamiento actual en la plaza de San José. Antiguamente, en Salsipuedes había un pozo público y cuatro casas habitadas por sacerdotes, entre ellos el Arcediano, la figura de mayor rango en la catedral en aquella época.
Es como si viajaras al pasado"
El convento de las Carmelitas Descalzas
La calle Salsipuedes es una vía sin salida, y es precisamente al fondo donde se alza el convento de las Carmelitas Descalzas, habitado por monjas de clausura. Este edificio, inaugurado en 1900, fue diseñado por el arquitecto Florencio Ansoleaga. En su interior, según relata Echenique, se conserva el cuerpo incorrupto de Catalina de Cristo, una seguidora de Santa Teresa de Jesús que fundó la orden en Pamplona y Barcelona. "Está considerada como el vivo retrato de Santa Teresa de Jesús", añade.
Un detalle destacado del convento es la figura que preside su fachada, que representa a San José con el niño, una imagen menos común que la de la virgen con el niño. Para preservar la tranquilidad de este lugar tan especial, una valla negra de metal cierra el acceso a la calle durante la noche, evitando así visitas indeseadas.
MÁS CALLES DE PAMPLONA
La calle Salsipuedes, supone una nueva entrega de Juan Echenique. En capítulos anteriores hemos conocido la historia de otras calles de Pamplona: Marcelo Celayeta de la Rochapea, Serafín Olave de Iturrama, Francisco Bergamín en el Ensanche, el Puente de Curtidores en lo viejo, o Benjamín de Tudela en Mendebaldea. Calles importantes que siempre está bien conocer cómo y porqué se le puso ese nombre.
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