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TURISMO

Monasterio de Leire, cuna de un Reino

Patxi Pérez nos acerca hoy 29 de septiembre a San Salvador de Leire, monasterior benedictino en la falda de la Sierra de Leire

Tiempo de lectura: 5'Actualizado 14:07

Volvemos a recorrer Navarra con Patxi Pérez, en esta ocasión. el Monasterio de Leire.

La semana pasada hicimos un recorrido por los diferentes lugares en los que están enterrados los reyes navarros y hoy vamos a conocer uno de esos lugares más en profundidad. ¿Hasta dónde nos vamos a ir?

Vamos a irnos hasta el Monasterio de San Salvador de Leire situado en la sierra del mismo nombre cerca de la localidad de Yesa y por donde pasa el ramal del camino de Santiago aragonés que viene desde Jaca pasa por Leire y Sanguesa y se junta en Puente la Reina con el conocido como camino francés.

Es probablemente uno de los conjuntos monásticos más importantes de la península por su relevancia histórica y arquitectónica y tuvo una gran relevancia en la historia de reino de Pamplona y posteriormente en el de Navarra.

Se dice que Leire es la cuna del reino de Pamplona.

En alguna ocasión he leído que no se sabe que fue antes, si el reino o el monasterio, la fecha y circunstancias de la fundación del monasterio son desconocidas.

Lo que sabemos es que existen noticias documentadas sobre Leyre ya en el siglo IX, en concreto, la primera referencia de su existencia se debe al presbítero mozárabe cordobés Eulogio, en una carta de 851 dirigida al obispo de Pamplona (Epistula ad Wiliesindum). En ella, recuerda su estancia en el monasterio tres años antes, en el año 848.

En el siglo X tras las campañas de los musulmanes contra el reino de Pamplona, Leire se convirtió en el centro de poder del reino, en el monasterio se refugiaron el obispo y el clero y también el poder político. Y es en el siglo X cuando el rey Fortun Garcés dejo la corona a un lado y vistió los hábitos metiéndose a monje en Leire.

El monasterio se convirtió a lo largo del siglo X y XI en uno de los más poderosos de la cristiandad gracias a la multitud de donaciones que le hicieron principalmente los reyes.

A finales del siglo x, durante el reinado de Sancho Garcés III el Mayor, comenzaron los trabajos de construcción de una nueva iglesia para ocupar el sitio de una destruida por los musulmanes. En el año 1057 se consagraba la obra terminada. Se cree que el rey Sancho el Mayor fue educado en el monasterio, lo cual explicaría la alta estima que este rey tenía por Leyre.

La iglesia del siglo xi es algo más pequeña que la actual. Se conserva de ella la cripta y la cabecera, puesto que las naves fueron demolidas para la ampliación del siglo xii.

A finales del siglo XI y coincidiendo con la unión de los reinos de Aragon y Navarra, el monasterio entre en un periodo complicado y en guerra con el de San Juan de la Peña, monasterio muy importante para los primeros reyes aragoneses, un pleito que duro 100 años y del que no salió muy buen parado.

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Todo esto provoco la crisis del monasterio.

Pero el monasterio no desapareció, porque ha llegado hasta nuestros días ¿volvió a resurgir?

A lo largo del siglo XIII y tras el fallecimiento de Sancho VII el Fuerte, el reino recae sobre Teobaldo I de la casa de Champaña, un rey francés con otras influencias también en lo que a la vida monacal se refiere, entra en el monasterio la orden del cister, hay que decir que no sin polémica ya que muchos monjes pertenecientes a los benedictinos de Cluny no aceptaban el cambio. En esa época hubo luchas entre los monjes blancos (cister) y los negros (Cluny).

Bajo la orden del Císter se emprenden las reformas de la iglesia. En ella se sustituye el tejado de madera a dos aguas por una bóveda gótica, que se puede ver en la actualidad. Para realizar esa obra hubo que dotar de contrafuertes a los muros de la nave y construir un arbotante al tener que elevar su altura.

Y llegamos al siglo XIX cuando el monasterio es abandonado.

Con la desamortización de Mendizabal muchos templos, monasterios… fueron abandonados y la despreocupación sobre ellos hizo que fuesen refugio de pastores, saqueados, profanadas sus tumbas… todo esto ocurrió en muchos sitios, también en Leire. El 17 de mayo de 1863, después de tener noticias de que las tumbas de los reyes navarros habían sido profanadas, se trasladan los restos reales a la iglesia de Yesa.

En 1867 fue declarado Monumento Nacional, en 1875 se vuelve abrir la iglesia al culto. El monasterio sigue cerrado, pero en 1888 comienzan las obras de mejora del templo. El 8 de mayo de 1915, finalizadas las obras, se trasladan los restos de los primeros reyes de Navarra a la iglesia de Leyre.

En 1935 se iniciaron excavaciones arqueológicas en la cripta y en la iglesia, descubriéndose los cimientos del antiguo templo. Después de la Guerra Civil empezó a tomar cuerpo la idea de restaurar el monasterio. El 2 de noviembre de 1945 la Diputación aprobó el proyecto de restauración y nueve años después, el 10 de noviembre de 1954 se restauró la vida monacal. La comunidad benedictina regresó para hacerse cargo del monasterio.

No podemos acabar sin mencionar probablemente los dos elementos más conocidos de Leire, la cripta y la Porta Speciosa.

La cripta de Leyre no es una cripta al uso. No llega a ser subterránea ni hay evidencias de que se haya destinado nunca a ser un lugar de enterramiento. Destaca por sus dimensiones y altura, así como por sus grandes capiteles, que se alzan sobre pequeñas columnas.

Fue construida para nivelar el terreno donde se alzaría la iglesia y servir como cimiento a la misma.

Los grandes capiteles son los que mantienen el peso de la cabecera del templo. Son todos diferentes entre sí, tanto en tamaño como en motivo de decoración.

La puerta de entrada a la cripta, la más antigua de todo el conjunto monástico, es de un románico naciente, muy sobrio y rudo.

La Porta Speciosa (puerta preciosa) es el pórtico que se construyó durante la primera ampliación de la iglesia original en el siglo xii. En ella hay constancia, por el tema de uno de los capiteles, de que trabajó el maestro Esteban, autor de la puerta de las Platerías de la catedral de Santiago de Compostela.

La Porta Speciosa está formada por tres partes diferenciadas: El tímpano circular situado sobre las puertas contiene seis figuras. La central y más importante es el «Salvador», del que toma el nombre el monasterio. Sostienen el tímpano sendas ménsulas en forma de toro y león.

Las cuatro arquivoltas que se ubican sobre el tímpano están decoradas por representaciones de seres reales y fantásticos con motivos vegetales y animales en una armonía típica del románico.

Por encima de las arquivoltas se encuentra el friso. En él se representan escenas y personajes bíblicos. De izquierda a derecha, en la línea más alta están representados san Miguel, Santiago, el Salvador, san Pedro, san Juan, escenas del martirio de las santas Nunilo y Alodia, un monstruo apocalíptico, el demonio atrapando un alma, la danza de la muerte y Jonás con la ballena. En la línea inferior se representan mediante figuras estilizadas a la Visitación, la Anunciación, un obispo o santo y un ángel trompetero, y a la izquierda otro obispo con báculo y evangelio, otro ángel trompetero y la cabeza de un hombre.

Y con este repaso por una de las joyas del Monasterio terminamos nuestro recorrido de hoy.


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