El jueves pasado dejamos pendiente una parte de nuestro recorrido por Navascués y hoy nos planteamos terminar con nuestro recorrido. Tal y como dijimos la semana pasada, Patxi conoce esta zona porque está vinculado a ella y además se le nota hablando de ella, fue muy interesante algunos datos que nos diste el otro día. Si quieres hacemos un brevísimo repaso a algunas de las cosas que nos contaste el otro día.

Me parece muy bien, el pasado jueves comentamos lo singular de este valle porque mantiene su nombre medieval de Almiradío, dijimos que lo forman tres poblaciones con riesgo extremo de población. También hablamos de la cantidad de opciones que tenemos entorno a la naturaleza con sus foces, algunas de ellas bastante desconocidas y con sus cimas de Idokorri y el Berroguil. E incluso hablamos de la batalla que enfrento a las tropas napoleónicas con los guerrilleros de Espoz y Mina en la Foz de Aspurz.

Dejamos pendiente el aspecto artístico y pese a lo pequeño de sus localidades, poseen varias joyas artísticas.

Hace unas semanas hablamos de la Valdorba y el románico, pero aquí también nos podemos encontrar una joya románica, en la Ermita de Santa María del Campo.

Es una de las más bellas muestras del románico rural de Navarra, en origen fue parroquia del pueblo ya que la localidad de Navascués se encontraba situada en torno a esta ermita y al lado del rio Salazar, hasta 1185, que es cuando Sancho VI el Sabio concedió Fuero a los habitantes que se establecieran en el altozano en el que se encuentra actualmente la localidad de Navascués.

Se trata de un edificio de piedra sillar con armoniosas proporciones y tejado de losa, de influencia jaquesa, tiene una nave única de tres tramos y cabecera semicircular. Un elemento poco común por su especial ubicación en medio de la nave es la torre cuadrada y esbelta del campanario. Probablemente este sea uno de los lugares de referencia de todo el valle.

Pero no solo es el único referente románico, en Ustés encontramos la Iglesia de San Saturnino formada por una sola nave de cuatro tramos con bóveda de cañón y ábside semicircular. El edificio cuenta con dos capillas laterales añadidas en el siglo XVI.

Ya que estamos hablando de Ustés, diré que es un pueblo pequeño con un gran encanto debido sobre todo al empedrado de sus calles en las que encontraras edificios nobles y una torre medieval.

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Patxi, has comentado que la localidad de Navascués se encontraba entorno a la Ermita de Santa María del Campo y que a finales del siglo XII se mueven los vecinos, ¿es común eso? ¿Por qué tomaban esas decisiones?

Bueno, era una cosa que solía pasar, pero los motivos no siempre eran los mismos y pasaba hace siglos y no hace tantos años.

En concreto en Navascués, esto sucede en 1185, reinaba Sancho VI el Sabio, el primero que se tituló como Rex Navarre o Rey de Navarra no lo olvidemos.

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Este cambio de ubicación de Navascues, se produce en una década, la de los 80 del siglo XII, en la que el Rey o el reino dedicaron sus esfuerzos a una reordenación de la política interior del reino y se realizó un censo nuevo para mejorar los cobros de impuesto etc. Para que los oyentes entiendan de que estamos hablando, en esta década, concedió fuero a la villa de San Sebastian, fundo la actual Vitoria sobre el primitivo poblado de Gazteiz y fundo Villava junto a la aldea de Atarrabia.

Pero centrándonos en Navascués, en la actual ubicación se encontraba un lugar llamado de Sengués, que en aquella época se encontraba prácticamente en ruinas pero mantenía en pie la iglesia y también en la parte más alta del cerro una torre-fortaleza, estas dos edificaciones hacen que la localidad tenga un reparto de sus edficaciones en torno a tres calles principales que van desde la parte más baja, en donde se encuentra la iglesia hasta la más elevada en donde se encontraba supuestamente la torre-fortaleza. Hay estudiosos que valoran que incluso la localidad tuvo un recinto amurallado, pero de momento no tenemos vestigios que así lo atestigüen.

La necesidad de mantener a salvo las diferentes plazas del reino, habrían provocado la concesión de fuero a las gentes que decidiesen abandonar sus casas en el llano para instalarse en la ubicación de Sengués, que se encontraba en un cerro, con una torre, posible recinto amurallado y si a esto le sumas la labor que hacían de defensa los terraplenes naturales hacían que el lugar fuese fácil de defender.

Aun y todo, aquellas gentes por lo que sea, decidieron mantener el nombre de la población que se encontraba en torno a la ermita y dejar de lado el nombre de Sengués nombre con muchos siglos de antigüedad ya que son numerosos los estudios que afirman que Segués era un castro protohistórico, probablemente existente ya en la Edad del Hierro.

Después del paseo del otro día y de la clase de historia que nos has dado hoy creo que lo mejor es terminar en una mesa con buenos alimentos.

Es una pena pero no tenemos en este momento ningún establecimiento hostelero en el valle para que nos den de comer, si queremos comer y que nos sirvan deberemos seguir ruta hacia otros municipios cercanos, pero si acudimos en época veraniega e incluso primaveral u otoñal podemos llevarnos comida de casa y comer en algunos de los merenderos distribuidos por la zona y como te he dicho si es época veraniega y el calor aprieta, un chapuzón en el rio.