Susto: Explosión de una bombona de butano en Logroño con un herido y varios vecinos desalojados en plena noche

Una explosión provocada por una bombona de butano sacudió la calle Pérez Galdós de Logroño en la noche del martes 14 de octubre, dejando a un vecino herido y obligando a desalojar varias viviendas de forma preventiva

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Bomberos y policía desplegados durante una emergencia

Álvaro de los Ríos

Logroño - Publicado el

4 min lectura

Eran casi las doce de la noche del martes, 14 de octubre, cuando la tranquilidad habitual de la calle Pérez Galdós de Logroño se vio interrumpida por un estruendo seco, fuerte, de esos que hacen temblar las paredes y el alma.

Una deflagración provocada por una bombona de butano en el interior de una vivienda alteró la rutina de un edificio entero y movilizó a todos los servicios de emergencias.

Minutos después de la explosión, el Centro de Coordinación Operativa de SOS Rioja comenzaba a recibir llamadas de alarma, vecinos asustados, testigos que hablaban de un fuerte olor a gas y un estallido que había hecho vibrar los cristales de varias viviendas cercanas. 

La rápida actuación de los servicios de emergencia  

Según detalla SOS Rioja en su página web, la llamada de aviso entró a las 23:50 horas. De inmediato se activó un operativo coordinado en el que participaron Bomberos de Logroño, Policía Local, Policía Nacional, un técnico de Protección Civil y los recursos de emergencias del Servicio Riojano de Salud.

Los bomberos fueron los primeros en acceder al edificio. Dentro de la vivienda afectada encontraron un escenario desolador, restos de la bombona, daños visibles en la estructura del inmueble y un vecino herido.

El hombre, que se encontraba solo en el momento de la explosión, fue trasladado de inmediato al Hospital Universitario San Pedro, donde quedó ingresado para ser atendido de las lesiones sufridas. Su estado no ha trascendido, aunque fuentes de emergencias confirmaron que estaba consciente en el momento del rescate

Vecinos desalojados en mitad de la noche  

La explosión generó una gran preocupación entre los residentes del edificio y de las calles colindantes. Muchos salieron a los balcones, otros bajaron apresurados por las escaleras. En cuestión de minutos, el inmueble fue evacuado de forma preventiva para garantizar la seguridad de todos sus ocupantes mientras los bomberos revisaban la estructura.

Entre el nerviosismo y la incertidumbre, los vecinos aguardaron en la calle, arropados por mantas y por la solidaridad de quienes, sin conocerse, compartían el susto y el frío de la noche logroñesa.

“Fue un ruido fortísimo, como si hubiera explotado algo dentro del edificio. Nos asustamos mucho, bajamos sin saber qué pasaba”, relataba una vecina visiblemente conmocionada.

Tras una inspección minuciosa, los bomberos confirmaron que no existía riesgo de incendio ni fugas adicionales de gas. Sin embargo, los residentes del piso superior no pudieron regresar a su vivienda, ya que el solado resultó afectado por la onda expansiva y requerirá una evaluación técnica más detallada antes de ser habitable de nuevo. 

 Daños materiales y miedo compartido  

El estallido, aunque contenido, causó daños visibles en el interior de la vivienda afectada, ventanas rotas, muebles desplazados, marcas de humo y grietas en las paredes. En los pisos superiores, el impacto se tradujo en fisuras en techos y suelos.

Pese a todo, los bomberos destacaron que el edificio no sufrió daños estructurales graves, un dato tranquilizador para el resto de vecinos que pudieron volver a sus hogares en la madrugada.

El ruido de sirenas fue desapareciendo poco a poco, pero el eco del miedo permaneció entre los residentes. Algunos se quedaron sin dormir, repasando una y otra vez lo ocurrido. “Podía haber sido mucho peor”, se repetían entre ellos, conscientes de que la suerte y la rápida intervención de los equipos de emergencia había evitado una tragedia mayor. 

Este tipo de sucesos vuelve a poner sobre la mesa la importancia de extremar las precauciones en el uso de bombonas y aparatos de gas.

Los bomberos de Logroño recuerdan que es esencial comprobar el estado de las gomas, reguladores y conexiones, así como ventilar adecuadamente los espacios y no manipular las bombonas sin seguir las indicaciones de seguridad.  En viviendas antiguas o con instalaciones no revisadas, una pequeña fuga puede convertirse en un riesgo elevado.

Desde el Servicio de Emergencias de La Rioja insisten en que ante cualquier olor a gas o sospecha de fuga, lo primero es cerrar la llave de paso, ventilar la estancia y avisar al 112 sin manipular interruptores eléctricos ni generar chispas.

La respuesta ciudadana fue ejemplar, y los servicios de emergencia destacaron el comportamiento colaborador y ordenado de los residentes durante la evacuación.

Ahora, los técnicos municipales y de Protección Civil trabajan en la evaluación de los daños y en la revisión de la instalación afectada, mientras el edificio recupera poco a poco la normalidad. 

Una noche que todos recordarán  

En Logroño, el suceso ha despertado empatía y preocupación. No solo por el herido, sino por la sensación de vulnerabilidad que una explosión así provoca.

El olor a gas, el ruido, la evacuación... son experiencias que dejan huella, pero también recuerdan el valor de contar con servicios públicos preparados y coordinados, capaces de responder en minutos ante una emergencia.

La deflagración de una bombona de butano en Pérez Galdós no solo deja un balance de un herido y varios daños materiales, deja también la enseñanza de que la prevención y la prudencia son nuestras mejores aliadas en casa.