La subestación eléctrica de Cascajos, en Logroño, se soterrará en su actual emplazamiento y entrará en servicio a principios de 2024. El proyecto se eleva a casi 5,9 millones de euros, de los que Iberdrola aportará un millón y medio de euros.

Así figura en el convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Logroño e Iberdrola, que cederá gratis al Consistorio la parcela liberada tras la finalización de las obras. Pablo Hermoso de Mendoza, alcalde de Logroño, ha puesto el acento en que la subestación eléctrica estará completamente soterrada y sus edificios se integrarán en el entorno de las estaciones del ferrocarril y autobuses.

Tras diversos estudios, se mantiene la subestación eléctrica de Cascajos en su ubicación actual, el equipamiento queda por debajo del nivel de la calle Miguel Delibes, y solo serán visibles los edificios de acceso y las chimeneas. El estudio de alternativas del cerramiento lo han realizado Iñaki Ábalos y Renata Sentkiewicz.

El anterior equipo de Gobierno del PP apostó por trasladar la subestación eléctrica a la zona de Pedregales, pero según el delegado de Iberdrola, Carlos Sobrino, duplicaba el presupuesto actual y para este tipo de subestaciones siempre la mejor solución es su integración en la trama urbana.

Las obras son complejas y serán ejecutadas por Iberdrola en cinco fases: en la primera de ellas, que tendrá una duración de cuatro meses, se presentarán los proyectos Técnico Administrativo, de Desmontaje y Técnico de Actividad. En la segunda se obtendrán las autorizaciones administrativas y la licencia de obras. En la tercera, se licitará y adjudicará, se instalará la STR provisional, se desmontará la actual subestación y se iniciará la construcción del edificio. En la cuarta parte, que se prevé comience dentro de 23 meses, se iniciarán las obras de la nueva subestación que podrá estar finalizada, si esta programación sigue su curso a comienzos del año 2024. La quinta fase corresponde al desmontaje o retirada de la estación provisional.