Los productores riojanos de champiñón, a través de 'ASOCHAMP', coordinan un revolucionario proyecto de investigación europeo en el que participan 5 centros tecnológicos de investigación, tres grandes compañías y cuatro pymes localizadas en seis países europeos.
Liderado por el Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón, con sede en Autol, el proyecto 'Bioschamp' agrupa un equipo humano multidisciplinar con intereses españoles, holandeses, belgas, serbios, polacos y británicos.
El coordinador del proyecto es la Asociación Profesional de Productores de Sustratos y Hongos de La Rioja, Navarra y Aragón (ASOCHAMP-CTICH) en España. Cuenta con la participación de 12 socios procedentes de 6 países: 'ASOCHAMP-CTICH', 'CSIC', 'Fertinagro Biotech', 'Innovarum' y 'Eurochamp', todos ellos españoles; 'Inagro vzw', de Bélgica; 'Stichting Wageningen Research', 'Kekkilä-BVB' y 'NF Fibre B.V.', las tres de Holanda; 'Ekofungi', de la República Serbia; 'Uprawa Grzybów Łukasz Kiwała' de Polonia y la Universidad de Oxford en el Reino Unido.
A grandes rasgos, tal y como explica en COPE Rioja Jaime Carrasco, responsable de Innovación del proyecto, 'Bioschamp' pretende dar con un sustrato sostenible alternativo y bioestimulante para el cultivo de champiñón. Una iniciativa en la que resulta determinante el papel de los productores riojanos.

El proyecto ha comenzado el 1 de octubre y se prolongará durante tres años y medio, hasta abril de 2024. Cuenta con 4,2 millones de euros de presupuesto, procedentes del programa de la Comisión Europea 'Horizonte 2020'.
El proyecto publicará actualizaciones y noticias en su web y redes sociales: Twitter @BIOSCHAMP (https://twitter.com/BIOSCHAMP) y LinkedIn (https://www.linkedin.com/showcase/bioschamp).

Las cifras del champiñón

La industria del champiñón desempeña un papel clave en el sector agroalimentario de la Unión Europea. Nutricionalmente, proporciona alternativas vegetales a las proteínas animales y es una fuente de vitamina D y Selenio. Económicamente, está valorada en 33,7 millones de euros (2017) y las proyecciones indican que alcanzará los 66,8 millones de euros en 2026.
El champiñón es un cultivo singular, con unos requerimientos agronómicos particulares y alta sensibilidad a patógenos fúngicos, que provocan grandes pérdidas a los productores. Aunque históricamente se han empleado fungicidas químicos (pesticidas) para combatir estos patógenos, actualmente, las limitaciones regulatorias respecto al uso de pesticidas y una creciente conciencia en el consumidor están exigiendo desarrollar soluciones alternativas.
El nuevo proyecto tiene por objeto dar respuesta a estas nuevas necesidades. 'Bioschamp' ofrece una solución integrada para luchar contra los retos del cultivo del champiñón: un sustrato sostenible alternativo y bioestimulante para cultivo de champiñón, que reducirá la dependencia y uso de pesticidas y contribuirá a mejorar la productividad, la sostenibilidad y la rentabilidad del sector del champiñón europeo.