Alfaro amanece entre cenizas tras el incendio que arrasó la fábrica Sillalfaro: 22 familias afrontan un nuevo día marcado por la destrucción
La fábrica de muebles Sillalfaro en Alfaro, calcinada por un incendio
El fuego arrasa la fábrica Sillalfaro en Alfaro y deja en vilo a 22 familias:
Logroño - Publicado el
2 min lectura
Alfaro ha amanecido hoy con el corazón encogido. 22 familias afrontan este 2 de julio con la incertidumbre y el dolor que deja tras de sí el incendio que, en la mañana de ayer, arrasó la fábrica de muebles Sillalfaro, en el polígono industrial Tambarría. El silencio de esta mañana contrasta con el caos de las primeras horas del miércoles, cuando una imponente columna de humo negro rompía la rutina y lo llenaba todo de alarma.
Eran poco más de las 07.00 horas cuando las llamas comenzaron a devorar la nave. Los primeros en intentar apagar el fuego fueron los propios trabajadores, que apenas acababan de fichar. “Una bola de fuego salió disparada”, relataron después algunos de ellos, aún conmocionados. Vaciar extintores, intentar contenerlo… nada fue suficiente. El fuego se extendió veloz por la zona de exposición y fabricación, y convirtió en ceniza tres décadas de historia.
El gerente de la empresa fue uno de los que intentaron frenar el avance de las llamas. Terminó trasladado al Hospital de Calahorra por inhalación de humo, como otros cinco trabajadores que también necesitaron atención médica. Por fortuna, no hubo heridos graves. Pero el golpe emocional y económico es devastador.
Una bola de fuego lo ha devorado todo
El siniestro dejó al descubierto un problema que el polígono arrastra desde hace semanas: la baja presión de agua. Los bomberos del CEIS Rioja y de Navarra tuvieron que enganchar las mangueras a los hidrantes de fábricas cercanas para poder trabajar con eficacia. A esta hora, el incendio está completamente controlado, aunque los daños son totales.
Durante todo el miércoles, empresas vecinas abrieron sus puertas para acoger a los empleados, y prestar apoyo logístico y emocional. La Guardia Civil y la Policía Local mantuvieron el tráfico regulado en uno de los accesos más transitados de Alfaro. El Ayuntamiento, por su parte, pidió mantener ventanas cerradas ante la gran nube de humo que afectó al casco urbano durante horas.
Hoy, en Sillalfaro no se trabaja. Se respira tristeza. Pero también unión. Una empresa familiar nacida en 1994, dedicada a la madera y al esfuerzo colectivo, se enfrenta ahora a su mayor reto, empezar de nuevo. “Es devastador”, decía ayer Amadeo, compañero de los afectados. Y lo es. Pero también es esperanzador ver cómo los trabajadores se abrazan, se apoyan y mantienen viva la llama de la reconstrucción.
Porque hoy Alfaro despierta entre cenizas… pero con la certeza de que no todo está perdido.