Huguet: "En espacios cerrados, la única protección frente a virus respiratorios es la mascarilla"
Un estudio de la UIB revela que el riesgo de contagio si se utiliza la mascarilla se reduce prácticamente a la mitad y que el 80% de los contagios se producen en casa

Escucha aquí la entrevista con la investigadora Aina Huguet
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Cuando regresa el debate sobre si mascarilla obligatoria o recomendada, la Universidad de Baleares ha dado a conocer los resultados de un estudio realizado durante la pandemia sobre la protección frente a virus en espacios cerrados.
El estudio fue liderado por una enfermera que realizaba labores de rastreo en la Central de Coordinación COVID de Mallorca del Servicio de Salud de las Islas Baleares. Los principales resultados de este estudio se han publicado en la revista científica Frontiers in Public Health, con un factor de impacto elevado, al situarse entre el 25% de las mejores revistas de salud pública, y en la Revista Española de Salud Pública del Ministerio de Sanidad (artículo aceptado, pendiente de publicación).
Investigación durante la pandemia
Mientras se realizaba el rastreo de los estrechos contactos de personas contagiadas por el virus SARS-CoV-2 (para poder aplicar las medidas de aislamiento oportunas) se llevó a cabo un estudio para evaluar la eficacia del uso de las medidas de protección individual (mascarillas y lavado de manos) en la prevención de la transmisión de la COVID-19.
Además, se analizó cómo influía en la transmisión del virus: la ventilación del espacio, la distancia del contacto y el tiempo de exposición. También se evaluó la transmisión en diferentes ámbitos (laboral, escolar, doméstico, de transporte, etc.) con el análisis del efecto del uso de mascarillas en diferentes contextos. Finalmente, se han estudiado algunos factores que influyeron en que se utilizara o no la mascarilla cuando se estaba en contacto con otras personas.
Los resultados principales
La mascarilla es efectiva en la prevención de la transmisión del SARS-CoV-2. Es decir, si durante el estrecho contacto con una persona infectada (que todavía no sabía que lo estaba) se había utilizado mascarilla, la probabilidad de infección era menor que si no se había utilizado. El riesgo de contagio si se utilizaba la mascarilla se reducía prácticamente a la mitad.
En función del tipo de espacio, la mascarilla era aún más importante. Concretamente, en espacios interiores (tanto ventilados como no ventilados), la mascarilla era un elemento clave para disminuir la probabilidad de contagio, mientras que en espacios exteriores tenía poca importancia. Además, cuanto más tiempo estuviera en contacto con una persona contagiada, mayor era el uso de la mascarilla para la prevención del contagio.
Según nuestros resultados, un lavado de manos más frecuente no resultó importante en la prevención de la transmisión, aunque debe tenerse en cuenta que la mayoría de los participantes declararon que se lavaban las manos con frecuencia.
El único síntoma de la persona contagiada que se debió a una mayor transmisión de SARS-CoV-2 fue la tos, que es precisamente uno de los mecanismos de transmisión principal del virus.
Respecto a los factores que condicionaban el uso de mascarillas, se pudo observar que en los contactos de mayor riesgo (espacios interiores, con más tiempo de exposición y menos distancia con el contacto) era donde menos se utilizaba la mascarilla. Probablemente, en los contactos más cercanos (familia, amigos) tenemos una falsa sensación de seguridad y no utilizamos medidas de protección individual. Además, cabe desatacar que, durante la pandemia, gran parte de los contagios, aproximadamente el 80%, se producían en el ámbito domiciliario (familia y amigos).
Propuestas para la gestión
Los datos del estudio se recogieron durante el rastreo de estrechos contactos. Los investigadores señalan que, de cara a futuras pandemias, podrían diseñarse aplicaciones informáticas de análisis de datos en tiempo real para optimizar y priorizar el rastreo en función del riesgo de contagio y de las condiciones del entorno local, lo que permitiría también optimizar los recursos sanitarios y contribuir a disminuir la transmisión del virus.
Los resultados indican también que, en las epidemias de virus respiratorios, como la epidemia actual de gripe, es importante el uso de mascarillas, especialmente en espacios cerrados, tiempos de exposición largos y distancias cortas, como el ámbito domiciliario o reuniones en espacios cerrados.
Equipo investigador
El equipo investigador del proyecto lo integran: Aina Huguet Torres (enfermera rastreadora durante la pandemia por COVID-19 y actual investigadora predoctoral en la UIB); los doctores Aina M. Yáñez y Miquel Bennasar, catedráticos de Universidad e investigadores principales del grupo de investigación de Salud Global y Desarrollo Humano Sostenible de la UIB y del IdISBa, y el dr. Enrique Castro, investigador de la Universidad Brunel de Londres. También otros investigadores como la Dra. Pilar Fuster-Parra, del Departamento de Ciencias Matemáticas e Informática, y Laura Capitán-Moyano y Cristian Sánchez-Rodríguez, del Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la UIB.