Un hito cósmico con sello balear: detectada la fusión de agujeros negros más masivos hasta la fecha

Su colisión dio origen a un nuevo objeto con una masa final superior a las 225 masas solares

Cristina Requena

Mallorca - Publicado el

2 min lectura

La colaboración científica internacional LIGO-Virgo-KAGRA (LVK), con la destacada participación de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), ha logrado un descubrimiento sin precedentes: la detección de la fusión de los agujeros negros más masivos jamás registrados mediante ondas gravitacionales. Este evento cósmico, denominado GW231123, desafía las teorías actuales sobre la formación estelar y la evolución de estos enigmáticos objetos.

Un coloso cósmico de 225 masas solares

El 23 de noviembre de 2023, los detectores de LIGO en Estados Unidos, en conjunto con los observatorios Virgo (Italia) y KAGRA (Japón), captaron la señal de un sistema binario formado por dos agujeros negros con masas de aproximadamente 100 y 140 veces la del Sol. Su espectacular colisión dio origen a un nuevo objeto con una masa final superior a las 225 masas solares, una cifra que pulveriza todos los récords anteriores en la detección por ondas gravitacionales.

Este coloso cósmico, con una masa total sin precedentes, abre un nuevo capítulo en la astronomía y la astrofísica. Hasta la fecha, se habían detectado alrededor de 100 fusiones de agujeros negros, pero ninguna con una masa comparable. La señal más masiva registrada anteriormente, GW190521, era significativamente menor.

La contribución de la Universidad de las Islas Baleares ha sido crucial en este hallazgo. Los investigadores del grupo Gravity de la UIB han tenido un papel protagonista en el análisis de este evento. Cuatro de los cinco modelos teóricos utilizados para interpretar la señal fueron desarrollados, total o parcialmente, en la propia UIB.

Entre los investigadores involucrados se encuentran el doctor Sascha Husa, líder del grupo, la doctora Eleanor Hamilton, miembro del equipo editorial de LVK, y el doctor Antoni Ramos-Buades, autor principal de uno de los modelos desde el Instituto Albert Einstein de Alemania.

Además, los doctorandos Alicia Calafat y Jorge Valencia participaron en la estimación de parámetros astrofísicos del evento en el momento mismo de su detección, siendo así de los primeros en estudiar características como la masa o la rotación de los objetos involucrados.

El doctor David Keitel también ha contribuido con el análisis de posibles efectos de lente gravitacional asociados a la señal.

Nuevas preguntas sobre el universo

La rotación extremadamente rápida de ambos agujeros negros y su masa excepcional sugieren un origen complejo, posiblemente fruto de fusiones anteriores. Esto plantea nuevos interrogantes sobre cómo se forman y evolucionan estos objetos en los entornos astrofísicos más extremos del universo.

La UIB ha destacado que la señal detectada representa un límite tecnológico y teórico para la ciencia actual. Extraer información precisa de un sistema tan extremo ha exigido el uso de modelos avanzados y una gran capacidad de análisis. La comunidad científica continúa trabajando para desentrañar todas las implicaciones de este fenómeno, que podría transformar nuestro conocimiento sobre la formación de agujeros negros en el universo.

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