Se agotan las reservas de agua en Baleares: ¿Serán las próximas lluvias la solución a la sequía?
Los embalses de Mallorca están por debajo del 30% de su capacidad y varias localidades aplican ya restricciones
Embalse de Mallorca
Mallorca - Publicado el
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La prolongada sequía y las altas temperaturas de este verano han llevado las reservas hídricas de Baleares a un punto crítico. Con un descenso de dos puntos en agosto, el nivel global de agua disponible ha caído al 41%, obligando a varias localidades a activar restricciones. La situación, especialmente grave en Ibiza y Artà, podría empezar a cambiar la próxima semana con la llegada de lluvias que, según la Aemet, podrían ser intensas.
Las islas sufren los efectos de un verano "muy cálido y seco"
La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua ha confirmado que el mes de agosto ha sido especialmente duro para las reservas de las islas. Mallorca ha bajado del 46% al 43% de su capacidad, mientras que en Menorca la caída ha sido más pronunciada, del 40% al 34%. Por su parte, en Ibiza las reservas se han situado en un alarmante 27%. La única zona que ha experimentado una ligera mejoría ha sido Migjorn, en Mallorca.
Situación de los recursos hídricos en Baleares
La escasez de lluvias ha sido un factor clave. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el pasado mes fue "ligeramente seco", con una media de 13,5 litros por metro cuadrado de precipitación, muy por debajo de los 20,1 l/m² habituales. A esta falta de agua se le ha sumado un calor extremo, con una temperatura media de 26,5 ºC y una anomalía de +1,2 ºC respecto a la media climática, lo que ha disparado el consumo.
Restricciones inminentes en tres zonas en alerta
La situación ha llevado a que el 27,7% del territorio de Baleares, que engloba las Unidades de Demanda (UD) de Es Pla, Artà e Ibiza, se encuentre ya en estado de alerta. Esta declaración implica que las administraciones locales de estas zonas pueden aplicar medidas restrictivas para garantizar el suministro, como la prohibición de regar jardines o llenar piscinas.
El resto de las islas se encuentra en situación de prealerta, con un 70,7% del territorio afectado, mientras que solo Formentera se mantiene en una situación de normalidad. El índice global de la Demarcación Hidrográfica ha descendido a 0,330, una cifra inferior a la de los dos años anteriores.
embalses por debajo del 30%
La prolongada falta de lluvias está poniendo en jaque el suministro de agua en la capital balear. Los dos principales embalses de la Sierra de Tramuntana, el Gorg Blau y el de Cúber, se encuentran a un nivel crítico, con una media del 29,45 % de su capacidad. Aunque el Gorg Blau resiste mejor, con un 30,51 %, el de Cúber apenas alcanza el 27,81 %, según los últimos datos de Emaya.
Para contextualizar, el embalse de Gorg Blau es el más grande, con una capacidad total de 7,36 hm³, mientras que el de Cúber puede contener 4,64 hm³. Estas dos infraestructuras son las que garantizan el suministro de agua a Palma y, ante la sequía, su nivel de volumen es un indicador preocupante.
Campaña de ahorro de EMAYA
A pesar de la situación en los embalses, Palma cuenta con un sistema de abastecimiento diversificado. Emaya, la empresa pública municipal, utiliza también el agua de las fuentes naturales de la Vila, Mestre Pere y En Baster. Estas fuentes, que aportan un 17 % del total de las captaciones, han sido cruciales para el suministro de la ciudad desde la época musulmana.
El agua de estas fuentes se canaliza a través de una falla geológica que la pone en contacto con los materiales permeables del acuífero de las rocas de la sierra, que permiten que el agua fluya hasta el Pla de Mallorca. En un año, la red de distribución de la capital llega a suministrar más de 30.000.000 m³ de agua.
La ciudad se enfrenta a un desafío hídrico considerable. La situación de los embalses, sumada a la menor aportación de las fuentes, subraya la necesidad de un uso responsable del agua por parte de los ciudadanos para evitar restricciones más severas en el futuro.
Alerta amarilla por lluvias: ¿El fin de la sequía?
Sin embargo, hay un rayo de esperanza. La Aemet ha anunciado que el próximo martes se activará la alerta amarilla por la previsión de lluvias. Si bien se espera que las precipitaciones no sean suficientes para revertir completamente la situación, podrían suponer un alivio significativo y frenar el descenso de las reservas, dando un respiro a las zonas más afectadas.
Se espera que las lluvias comiencen el martes, poniendo fin a una etapa de calor y escasez.