Scaloni o el triunfo de la fe

Pocos hubieran aceptado el reto de dirigir un equipo nacional de un país en el que el fútbol es religión, sin apenas experiencia como entrenador

Scaloni o el triunfo de la fe

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Todos necesitamos creer en algo, la voluntad nace de la consistencia de una creencia, aunque pueda estar equivocada. No hay nada más desconcertante y en ocasiones peligroso para algunas personas que la incertidumbre, el no tener certezas. En el fútbol la creencia puede llevar al éxito. Nadie dirá de antemano que se persigue una idea equivocada, salvo en casos descabellados, por ejemplo salir con seis delanteros y cuatro defensas. Pensarán que es una locura pero esperarán al resultado por si acaso, no vaya a ser. Al final el resultado confirma o quita creencias.

Hoy es más fácil decir que la idea de Luis Enrique podía estar equivocada, aunque también Luis Enrique había hecho creer a su equipo; su transmisión de idea futbolística, su convencimiento a los jugadores y la materia prima que tenía, daban para algo bonito. Sucede que en torneo corto te vas a casa al primer descuido o día poco inspirado o mayor acierto del rival. Y seguramente también por la falta de alternativas cuando te han tomado la matrícula.

Pero acertadas o equivocadas las ideas, gran cosa es para cualquier equipo creer en algo. Y en esa creencia encontramos la actual Argentina de Lionel Scaloni y la Croacia de Zlatko Dalic que se miden hoy en la semifinal del Mundial. Lo mismo podríamos decir de la consistente Francia, llena de calidad y físico y de la sorprendente Marruecos, nadie más que los norteafricanos ejemplifican la creencia en algo y la consistencia como equipo.

Están sustendadas Argentina y Croacia por la jerarquía de dos "10" que poco tienen que ver el uno con el otro, salvo la grandísima calidad, un romance interminable con el balón, una inspiración generadora inagotable sobre el césped, el amor por su profesión, su capacidad para liderar y muchas otras cosas. No son lo mismo aunque ambos sean un 10, Lionel Messi y Luka Modric.

Quien se detenga en un duelo Messi/Barça vs Modric/Real Madrid está en su derecho, pero empobrece enormemente el debate y el partido. Hoy es otra batalla. No ser capaz de ver qué significa en cada país una cita como ésta es olvidarse de lo que disfrutamos en el ciclo de oro 2008-2012.

Messi y Modric no están en semifinales del Mundial por casualidad, hay algo en ellos de momento dulce de sus carreras, coincide el ambiente de último baile, porque quién sabe cuándo acabarán sus días como futbolistas, ojalá que aún tengan mucho fútbol, pero un siguiente Mundial queda muy lejos, cuatro años es mucho.

Si algo ha demostrado este Mundial es que hoy quien trabaja mejor como bloque, quien se hace más fuerte defensivamente y además tiene algo de talento para sorprender, tiene mucho ganado. Ha habido goleadas sí, ha habido partidos en los que se ha roto el cántaro, como las goleadas de España o Portugal. Pero tenemos en semifinales equipos que han sido sobre todo sólidos.

Tanto Argentina como Croacia no son equipos que hayan desbordado con facilidad, han masticado los partidos, han esperado su momento. Argentina ha tratado de dar pasos firmes, sin concesiones, esperando que el genio abra la lámpara en cualquier momento. Tiene percutores arriba sí, tiene orden y ha defendido a veces mejor otras veces peor, pero la Argentina de Scaloni va sobrada de algo: carácter.

Sobrepasados en algún momento por lo que significa el convencimiento de todo un país, hay que tener mucho carácter para soportar algo así y sobre todo fe. La fe que llega de millones de personas, que no dudan, que son las primeras que dilapidarán sin compasión a los jugadores si su equipo fracasa. Incluso ante la crueldad de la crítica algunos jugadores pensarán que se lo tienen merecido por defraudar a la gente y que quizá ellos harían lo mismo en el otro lado.

El equipo argentino va sobrado de fe, es lo que transmite su entrenador, Lionel Scaloni, un entrenador novel que al principio provocó incredulidad en su país; no había entrenado a nadie cuando le dieron la responsabilidad como seleccionador. Su experiencia era como segundo de Sampaoli en el Sevilla y en la propia Argentina.

Quién agarra un símbolo nacional dispuesto a ser despellejado si va mal, sin el paraguas de un currículo en la dirección, sin la autoridad moral ganada como técnico. O un temerario o alguien completamente convencido de su capacidad. Scaloni tenía su bagaje como futbolista internacional por Argentina y que hizo gran parte de su carrera en España, pero no había dirigido a nadie como entrenador. Había empezado a sentirse entrenador con chicos en Son Caliu en Mallorca.

Hay que tener mucho amor propio y mucha fe para ser capaz de soportar el peso de todo un país, en el que el fútbol es religión, sabiendo que vas a dirigir al más grande, Lio Messi, al que vas a tener que convencer. Y todo sin experiencia, es como tirarse desde un edificio sin red y sin la seguridad de que el toldo de la tienda va a frenar tu caída. O me sale bien o me pego el guantazo de mi vida. Scaloni asumió ese reto con normalidad y sin cambiar su vida en lo esencial.

En el programa "Universo Valdano", Messi decía sobre el seleccionador lo siguiente: "Scaloni siempre tuvo una personalidad muy especial desde que yo lo conozco, dede que era jugador. Más allá de que es un técnico buenísimo para preparar los partidos, para leerlos, para el día a día del trabajo, creo que lo mejor que tiene es la comunicación y cómo manejó el grupo. Él apostó por un grupo, elegir unos jugadores que él pensaba que eran lo mejor para la selección, estar convencido con él mismo sin pensar en qué dijeran los demás. La manera de tratar al jugador hace que el equipo sea lo que es hoy. Es gracias a él". Y añade Messi sobre Scaloni: "es muy sencillo, muy realista, vivió mucho la selección y sabe lo que es estar ahí. Siempre fue muy respetuoso con todo el mundo, no tiene problema de hablar de lo que sea y comunicar, eso la gente también lo agradece".

Argentina por lo tanto como prolongación de la fe de su entrenador, porque hay que tener mucha fe en sí mismo para asumir el reto, sabiendo que un ridículo con la selección podría marcar no ya su carrera como entrenador, sino su figura como persona en su propio país. Siempre sería el tipo que hizo el ridículo teniendo a Messi en su equipo. Con la Copa América lograda el año pasado, Messi pero también el propio Scaloni, se sacudían toneladas de presión. Era el título que les hacía creer de verdad para intentar hacer algo grande en este Mundial de Catar. La fe no te garantiza el éxito en el fútbol, pero sin fe es más difícil.

Argentina puede caer perfectamente hoy ante Croacia, a un partido todo es posible y más en toda en una semifinal de un Mundial, la creencia que tiene ahora mismo la albiceleste por supuesto no le garantiza nada, pero todos tenemos la sensación de que llegados hasta aquí son perfectamente capaces de ganar el Mundial. Ellos creyeron y la creencia te da certezas, estés equivocado o no.Por ahora Scaloni demuestra no haberse equivocado cuando asumió el reto de su vida, quizá él sabía más cosas que el resto del mundo.

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

05:00H | 13 JUN 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking