Martin Valjent, héroe inesperado tras la reacción del RCD Mallorca liderada por Robert Navarro ante el Sevilla

Robert Navarro emergió en el caos, en un partido deslabazado con muchas imprecisiones por parte de ambos equipos, con sus buenos momentos también. Al fin un jugador con la capacidad suficiente para coger la pelota y marcharse del rival pero también para levantar la cabeza, hacer cosas con sentido y saberse asociar, lideró la reacción del RCD Mallorca en el Sánchez Pizjuán. 

El RCD Mallorca salvaba un punto que sabe a gloria en la campana, en el 91', con un héroe inesperado, el central Martin Valjent, quien celebraba sus 150 partidos en Primera de bermellón con un remate agónico y precioso para salvar un punto que supone un chute anímico, pura vitamina para un equipo que había arrancado 2025 con las sensaciones opuestas. Todo lo que le podía salir mal, salía mal, la entrada revisada era roja, el repliegue final era ineficaz y le ganaban o le empataban en el descuento. Todo lo contrario que anoche, siendo el Mallorca el que hizo recular a su adversario, un Sevilla que pese a ser mejor en el primer tiempo y tener mejores ocasiones, se vio acorralado por las acometidas mallorquinistas en el segundo tiempo. Era un punto de justicia.

Tuvo que llevarse un bofetón de primera el equipo de Jagoba Arrasate al filo del descanso para que se produjera la reacción. Es cierto que el equipo había tenido alguna llegada, pero nunca precisa, algún centro de Maffeo que no pudo rematar Muriqi (le desequilibran, ¿penalti?), algún cabezazo de Muriqi a centro de Dani pero sin fuerza. Era el de anoche un Mallorca cambiado desde un 5-4-, buscando neutralizar con coberturas las buenas bandas del Sevilla, Lukebakio y Vargas. Arrasate alineó tres centrales con la entrada de Copete para estar cerca de Mojica.

Pese a todo, más de una penetración lograba el Sevilla también por el otro costado, donde Asano tampoco era de gran ayuda para Maffeo. 

Estuvo el japonés muy desafortunado, torpe, demostrando que si no tiene espacio por delante se atasca, tan torpe que casi marca nada más empezar la segunda mitad pero de rebote, fue palo. Esta era la reacción nada más arrancar el segundo acto al sopapo que se llevaba el equipo antes del descanso, con el gol de Salas que venía de una falta inexistente de Mascarell. 

Se lo llevaban los demonios a Jagoba Arrasate que vio claro que no era falta, a Mascarell también. Pero igual de enfadados deben estar por la falta de contundencia en defender esa falta al área, ni Muriqi ni Copete lo estuvieron, justo donde el Mallorca destaca, en esa fortaleza aérea. 

Reacción de coraje.-

El RCD Mallorca empezó con otra marcha la segunda parte, como si la colleja del gol le hubiera espoleado. Pero el juego seguía siendo confuso. Fue entonces cuando Arrasate daba entrada a Robert Navarro, quien empezó a querer la pelota y buscar asociarse. Muriqi le ponía un gran centro tras robar el propio delantero el balón, Navarro dejaba la mejor acción del partido con control en carrera y vaselina ante la llegada de Nylland. Mereció ser gol pero el balón salió por encima del larguero.

Pero sería con el triple cambio, pasando a 5-3-2, con la entrada de Larin, Abdón y Antonio Sánchez en lugar de Dani, Darder y Muriqi, cuando el equipo acababa embotellando al Sevilla. Robert volvía a tener otra en el área a bote pronto, fuera por poco. El propio Robert ponía un centro con música a zona de conflicto en el que Nylland no se quedaba la pelota (no hubo ninguna falta pese a su desesperación) y el balón muerto lo remataba Valjent. Seamos francos, nadie lo celebró del todo, con la caída del portero, las protestas, ¿cuántos pensaron que ese gol lo iba a anular el VAR?

Por fortuna no había motivo para la anulación, pero en el gol de hoy es difícil celebrar un gol, hasta eso nos han quitado. Los bermellones son octavos pero en triple empate con Rayo y Betis a 35 puntos. La lucha continúa.