El homenaje en memoria de los mineros que conmueve al fútbol español
El Molinón nos dejaba uno de los momentos más sentidos de la temporada en memoria de los cinco mineros fallecidos. En Son Moix hubo homenaje a Delibasic y al abonado Fortunato Velloz

Homenaje a los mineros en El Molinón
Mallorca - Publicado el - Actualizado
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Qué importa perder un partido de fútbol si antes has perdido vidas. No importa nada, claro. Sin embargo, al mismo tiempo quieres ganar porque buscas motivos para unirte en torno a unos colores. Porque el fútbol es un motor para seguir avanzando también, eso que tienes ahí rondando por la cabeza mientras sigues con tu vida.
Porque para que un equipo progrese necesita victorias, para que la gente a su alrededor viva con ánimo e ilusión ir al campo. En torno a un partido hay tantas cosas. Es el único espectáculo del mundo capaz de generar tantas cosas y que lo que trascienda no siempre sea el partido en sí.
Como manifestación popular masiva, el fútbol reúne a miles de vidas, de sentimientos, también multitud de pequeños eventos en torno al gran evento, el partido. Cada vida es una historia.
Un partido de fútbol es una manifestación de un juego, un juego en el que pasan muchas cosas dentro de un rectángulo, sí. Y es el motivo que nos lleva. Ese rectángulo es capaz de trazar un sinfín de líneas y ángulos, toques sutiles y burdos, pases previsibles e imprevisibles, un balón al que se le intenta dar sentido. Todo eso, sí. Pero también es un cruce de caminos de tantas personas que se encuentran sin buscarse, o sí, y que no se encuentran en ningún otro lado. Como manifestación popular, el partido de fútbol es un escenario único para dar consuelo a un gran dolor, para rendir homenaje a caídos, no necesariamente ex soldados de corto.
En Son Moix recordamos el domingo pasado a Andrija Delibasic, el delantero, el tipo amable que vino a Mallorca y después fue al Hércules o al Rayo. En la grada de Son Moix se despedía también al abonado Fortunato Velloz, abonado número 597 del Mallorca. El presidente Andy Kohlberg depositaba un ramo de flores en su asiento. El fútbol también implica cuidar a tu gente, gestos sencillos de agradecimiento. Vidas que no vuelven, personas que permanecen, el recuerdo de sus gentes. El Atlético Baleares despedía a su ex directivo Ricardo Lozano, un balearico de toda la vida.
Como el recuerdo a los cinco mineros fallecidos en la mina de Cerredo, en Degaña, municipio asturiano lindante con León en el que perdieron la vida cinco mineros de entre 32 y 54 años la semana pasada. El rostro negro de la mina nos ha dejado históricamente el corazón en un puño por lo sacrificado de una actividad que fue esencial y aún lo es, pese a los intereses de élites que deciden qué les da más dinero. Un día es un material, otro día es otro. Un día la extracción de determinados minerales es esencial, otro día es colocarte placas hasta donde no era necesario. Son muy hábiles disfrazándolo de agenda ecosostenible, le ponen un número y después te dicen que es por tu bien, para salvarte la vida en el planeta, y vas y te lo crees.
El Molinón, el viejo recinto de los sportinguistas, en el que llevan los sufridores rojiblancos ya un tiempo tratando de levantar a su Sporting hacia Primera, que ahora parece que hace tanto, aunque es desde 2017, se convirtió en el escenario de una gran emoción, el homenaje del Sporting a esas vidas interrumpidas. Fue el homenaje el centro del fútbol español durante el pasado fin de semana, no porque su partido ante el Tenerife fuera el más importante del fútbol español (para sportinguistas y chicharreros sí, claro, jugándose la categoría, por lo que el Sporting ha llamado a Asier Garitano para sustituir a Rubén Albés) sino por ser el centro de los caminos paralelos y convergentes que reúne un partido de fútbol. Allí se encontraban las vidas ausentes con quienes les recordaban. Los cinco mineros eran cantados con emoción y el corazón en un puño por El Molinón, al son del Coro de Turón que cantaba "En el pozo de María Luisa", más conocida como "Santa Bárbara bendita".
La canción que nace del dolor de la muerte en una mina en 1949, recorre de arriba a abajo el cuerpo y el alma para tratar de darle consuelo al corazón. Son momentos que no se analizan ni se describen, se sienten. Es un acto de comunión de miles de personas en el Estadio y que llega a miles de personas más a través de la retransmisión.
Ese cruce de caminos que es un partido, de historias de personas que se conocen y que no se conocen, nos dejaba una escena sentida. Hemos vivido momentos difíciles esta temporada, el minuto de silencio por Javier Dorado, por Andrija Delibasic y tantos otros. El fútbol es el consuelo y la vida que sigue, también la manera de movilizar lo estancado, que no se quede la pena aunque nos apene, que siga rodando el balón.