Locura por el disfraz de peineta con el lema 'Me gusta la fruta'

'Me gusta la fruta', dicen que dijo la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el Congreso mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estaba en la tribuna. Una frase que ha hecho fortuna entre parte de la población española, como demuestra la alta demanda que está teniendo un disfraz alegórico (o no tanto) que una popular empresa gallega de disfraces ha puesto en el mercado por Carnaval.

"No todo es fácil de disfrazar en la vida porque al final es sólo una frase, que tuvo mucho revuelo y tuvo su conflicto, y entendíamos que la gente le iba a sacar chicha", ha dicho a COPE Roberto Domínguez, responsable de esta empresa de disfraces ubicada en Ponteareas, desde donde exporta a toda España y parte de Europa.

Un disfraz original

El disfraz consiste en una mano, en cuyo interior cabe una persona, con el dedo corazón alzado; lo que se llama una peineta. El dorso de la mano está tatuado con el mensaje que da nombre al disfraz, y en la esquina inferior aparece la cabeza de un perro y se puede leer: Sánchez.

"Es como una metáfora de la frase diciendo lo que no dice la frase, buscándole ese doble sentido. Y la verdad es que teníamos dudas sobre ella porque no sabíamos si la gente lo iba a entender pero la gente, vamos, en el momento que lo ve lo entinde perfectamente y le gusta, porque está gustando un montón", asegura Domínguez.

El aceite

Otro de los disfraces que más ha gustado al público este carnaval es el de botella de aceite. De hecho, según Domínguez, está ya agotado y sin posiblidad de fabricar nuevas remesas por falta de materiales. El disfraz, curiosamente, costaba prácticamente lo mismo que lo que cuesta una botella de aceite de oliva en el mercado.

La idea, claro, es parodiar unos precios desde hace tiempo inalcanzables para mucha gente, la misma que se ríe de sus desgracias en carnaval, unas fiestas pensadas precisamente para eso.

Una trayectoria

Lo que se no le puede negar a esta empresa gallega es su originalidad. Cada año sus responsables se estrulan la mollera para extrar de ella una idea que deslumbre en carnaval.

Lo hicieron con un disfraz del Satisfyer, que fue hace dos años una auténtica revolución. Y, siempre mpendientes de tendencias y modas, lo volvieron a hacer el año pasado con un disfraz del El juego del calamar.