El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, inauguró el nuevo acceso al Polígono de San Cibrao das Viñas. Se trata, según dijo, de una obra estratégica que va a significar un antes y un después para el polígono industrial que forman 350 empresas y en el que trabajan 8.000 personas.

La nueva carretera VG-3.1 es un vial de 4,5 kilómetros de longitud que une la Autovía das Rías Baixas A-52 con la N-525, y ha supuesto una inversión de 22 millones de euros. En su intervención, el presidente de la Xunta destacó la "sensibilidad estética" con la que fue ejecutada, y se refirió a las singularidades de la infraestructura, que incluye un viaducto, el de San Benito, de 451 metros, sostenido por 10 pilares con una altura máxima de 45 metros.

El enlace de la carretera con la N-525 se realiza a través de una glorieta que, según explicó Núñez Feijóo, fue diseñada especialmente para el entorno y se integra perfectamente en el paisaje.

Y el enlace del vial con la A-52 supone la ampliación de su capacidad, beneficiando a la circulación de la autovía AG-31, que une Ourense y Celanova.

Con el trazado que ya se ha abierto al tráfico, se reduce en un 60% el recorrido necesario para conectar el polígono industrial con la Autovía das Rías Baixas. El nuevo vial incluye un tercer carril en un recorrido de 2.174 metros, lo que supone un 47% del total del vial, que facilita los adelantamientos en ese tramo.

La velocidad máxima permitida en la nueva carretera es de 90 km/h.