El sector turístico de Ourense lanza un mensaje de esperanza tras los incendios: "Galicia está viva"

El mes de agosto debía ser el mejor del año para el turismo en Ourense, pero los incendios forestales que han asolado la provincia han cambiado el rumbo de la temporada

Paula Pájaro Rives

Santiago - Publicado el

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Ovidio Fernández, presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Ourense, ha hablado en COPE Galicia sobre la gravedad de la situación y cómo ha afectado directamente al sector.

“Estoy bien de salud, pero triste y apenado, como todos los españoles”, afirmaba con pesar. Y es que lo que se esperaba como un verano de récord ha terminado con cancelaciones en masa, carreteras cortadas y una sensación de incertidumbre en uno de los momentos más importantes del año para el turismo gallego. 

Brais Lorenzo / EFE

Hidroavión en el incendio en Maceda (Ourense).

Agosto prometía cifras récord para Ourense

Según Fernández, este año se barajaba una ocupación hotelera media del 90% en agosto, un dato que consolidaba el crecimiento del turismo en la provincia. “El año pasado cerramos con un 80%, y este agosto iba camino de superar todo lo anterior”, explicó.

La provincia cuenta con una combinación ideal: patrimonio histórico, naturaleza, turismo termal y el tirón de enclaves como la Ribeira Sacra, candidata a Patrimonio de la Humanidad. “Ourense es una tierra eternamente histórica, llena de patrimonio y cada vez más preparada para recibir visitantes”, añadió. 

Cancelaciones masivas y visitantes bloqueados por el fuego

Pero la tragedia llegó sin previo aviso. El fuego cortó carreteras, aisló destinos y sembró la confusión entre los viajeros. “Hemos recibido llamadas de grupos que, literalmente, se quedaron a 300 metros de su alojamiento y fueron detenidos por los servicios de seguridad por peligro de incendio”, contó Fernández.

Muchos visitantes optaron por cancelar sus estancias, ya que además del fuego, la red de comunicaciones también se vio afectada. “Hubo fallos de cobertura móvil y de conexión a Internet en varias zonas, lo que dificultó aún más la comunicación con los alojamientos”, relató. Todo esto, en plena temporada alta. 

Turismo de raíces y termalismo, dos pilares muy golpeados

Uno de los segmentos más afectados ha sido el turismo de raíces: personas que regresan cada verano a sus pueblos de origen para reencontrarse con la familia. “Es un turismo muy importante, porque son visitantes que se mueven por toda la provincia, que llenan casas rurales, hoteles, restaurantes… y todo eso se ha visto truncado”, lamentó.

También el turismo termal —uno de los grandes valores diferenciales de Ourense— ha sufrido un duro golpe. A pesar del esfuerzo institucional por potenciarlo, la situación en algunos caminos y accesos ha mermado la afluencia. “Las fuentes siguen ahí, los tratamientos siguen disponibles, pero sí ha habido afectaciones en los entornos”, indicó Fernández. 

El presidente de la Diputación de Ourense, Luis Menor, visita a los usuarios del Programa de Respiro Termal de Massanassa en el Balneario de Arnoia

Un futuro incierto, pero con esperanza

La gran pregunta ahora es: ¿cómo queda la imagen de Ourense como destino turístico tras los incendios? Ovidio Fernández lo tiene claro: “Lo que se ha quemado es una parte del paisaje, pero la historia no la pudo quemar el fuego ni la va a quemar”.

El líder de los hosteleros insiste en que Ourense sigue ofreciendo calidad, tranquilidad y hospitalidad. “Galicia está viva, Ourense está vivo. Seguimos abiertos, con nuestra gastronomía, nuestras termas y nuestro patrimonio. Invitamos a todos a venir, a disfrutar y a apoyar con su presencia a una tierra que necesita seguir caminando”, concluyó. Un mensaje para quienes aún dudan.

Para quienes tienen dudas sobre si viajar o no, Fernández lanza un mensaje claro y directo: “Aquí seguimos con la misma ternura, la misma profesionalidad y la misma devoción”.

Con la reapertura de la A-52 y el restablecimiento del servicio ferroviario de alta velocidad, la provincia confía en que el resto de la temporada pueda salvarse parcialmente. Y sobre todo, en que la solidaridad de los visitantes contribuya a levantar una tierra que, a pesar de las llamas, se niega a rendirse.