De la química al fuego y de la televisión a dar clases de latín: cambiar de estudios o de trabajo no es un trauma
La vida no se acaba en las pruebas de acceso a la universidad: nos lo cuentan una odontóloga que ha puesto una academia de baile, un bombero que estudió bioquímica y una profesora de lenguas clásicas que fue presentadora en la TVG

María cuenta como fue el tránsito del periodismo a dar clases de latín y griego
Santiago - Publicado el
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Unos 13.000 jóvenes están estos días pendientes de qué pasará con las pruebas de acceso a la universidad, si conseguirán o no la nota necesaria para seguir los estudios que les apetecen o si será necesario buscar un "plan B". Se diría que están librando casi una batalla a vida o muerte.
"Están negros..." dice María Carballeira, profe de Lenguas Clásicas y de Francés en un instituto de Vimianzo (A Coruña)
Como la mayoría de los docentes, ella le quita hierro al asunto: "hai vinte mil camiños para chegar a vinte mil destinos, a vida non está escrita, da moitas voltas"...algo que ella ha vivido en primera persona, porque antes de llegar a la docencia estudió y trabajó durante años... como periodista: "quen me ía dicir cando estaba no instituto que ía ser profesora de latín e grego!"
la recomendación mágica que no es tal: "elige algo con más salidas"
Siempre le gustaron las lenguas, con especial devoción por las clásicas y el francés... pero alguien le sugirió que "como se lle daba ben escribir", eligiese unos estudios con más proyección laboral, y ahí se fue a estudiar la carrera de Periodismo que ejerció durante años, trampeando, eso sí, con la precariedad, y haciendo desde información deportiva a sucesos: "con dicirche que o meu último traballo foi presentar unha sección de Luar!"
Asegura que era feliz, pero cuando ya tuvo recursos para seguir pagándose los estudios, decidió simultanear el trabajo como periodista todoterreno con la vuelta a las aulas y hacer Filología. Terminó la carrera nuevamente, hizo "por si acaso" el curso de capacitación pedagógica (transformado ahora en Máster) y casi sin pensarlo, se encontró dando clase después de haber aprobado una oposición .
María confiesa que en esas "reviravoltas" que ha dado su vida, sin planificarlo, ha hecho realidad la que era también la vocación que su padre nunca pudo llegar a conseguir: "el era cen por cento de letras, cando lle deron a escoller escolleu francés, cando lle volveron dar a escoller, escolleu latín e grego... encantáballe todo iso, pero a vida deu voltas, perdeu a seu pai cando era novo e tívose que poñer a traballar e nunca pudo cumprir o seu soño... Creo que sin querer, acabeino de cumprir eu e iso faime aínda máis feliz", asegura.
Pódese chegar ao mesmo punto por distintos camiños e é igual de válido
Profesora de Lenguas clásicas (y periodista)
camino para ser bombero...con muchas paradas intermedias
Jaime Tizón es bombero, puede que uno de los más conocidos en el parque de Santiago. Su cara se hizo muy familiar sobre todo en pandemia, cuando lo vimos encaramado a la escalera del vehículo de extinción...pero armado no para apagar incendios, sino guitarra en mano, para amenizar el interminable confinamiento y animar a que la gente se quedase en casa.
Pero el camino que siguió Jaime para vestir el uniforme de emergencias dio casi tantas vueltas como la manguera que va enroscada en el camión. Porque la suya, o al menos así lo pensaba cuando terminó el bachillerato, era una vocación científica. Estudió Bioquímica, y al terminar la licenciatura "se le quitaron las ganas" cuando se dio de bruces con las condiciones laborales en las que se encontraban los investigadores.
Su primer trabajo fue de repartidor en una pizzería, "después de haber hecho la carrera... porque mientras no salía nada, tenía que estar activo". Y Jaime no reniega de lo que aprendió en esa etapa de su vida, porque "es una experiencia que también me valió, ves como funciona una empresa, tener que cumplir un horario, turnos de trabajo, jefes... que eran más jóvenes que yo", dice entre risas.
Tuvo algún contrato relacionado con su formación como bioquímico pero cuando se quedó en paro decidió seguir formándose en distintos trabajos que tenían que ver con otra de sus grandes pasiones: el deporte. "Monitor de natación, fui socorrista un verano en la playa..." y ahí, ya empezó a acercarse al trabajo de bombero. "Saqué el carné de camión... y luego las oposiciones".

Jaime cuenta las vueltas que dio en la vida antes de ser bombero
Para Galicia, el verano de 2006 no fue un verano cualquiera: fue el de la gran oleada de incendios forestales. Para Jaime, fue el de su inicio como bombero... y hasta hoy. ¿Arrepentido de las vueltas que dio antes de llegar a destino? Pues para nada: "Todo lo que he hecho me ha sumado en positivo... el tema de la oposición, por ejemplo: yo después de haber hecho una carrera tenía cierta facilidad para enfrentarme a temarios un poco extensos", explica.
El camino a veces no es directo, puedes dar unas cuantas curvas...pero todo lo que has hecho es muy válido
Bombero (y bioquímico)
ilusión, tanto cuidando bocas como bailando
Mercedes Cabrera también comparte ese "todo suma", sobre todo, porque "tú no eres sólo una persona que hace una cosa en la vida, tú eres una persona con muchísimas capacidades, vas abriendo puertas y cuando abres puertas aparece otra ruta..." asegura.
En su caso, después de treinta años al frente de una clínica odontológica, cuando tenía que decidir si ampliaba las instalaciones porque la cosa iba bien, se planteó si quería continuar ese camino o abrir otra ruta, siguiendo otra gran pasión, la danza. "Yo siempre fui muy bailona", confiesa.
"Ahora transmito aquello que me entusiasma, no sobre el sillón, sino moviéndome, porque creo que es fundamental moverse, creo que nos movemos poco!" Mercedes había empezado Medicina "sin saber que iba a ser odontóloga, pero me encantó, descubrí lo fascinante que es el diente, la encia... Disfrutaba muchísimo con el trabajo y con la gente que venía y transmitiendo información, que es una de las cosas que más me gusta a mi", recuerda.

Mercedes cuenta cómo pasó de la clínica a la escuela de danza
Mercedes se tuvo que sentar con su familia y explicar "el salto" que dio, insiste, "no por aburrimiento". Ella ve claro un "factor común entre la Medicina y la danza... la necesidad de transmitir algo que a ti te entusiasma" y sin necesidad de verla bailar, sólo escuchándola ese entusiasmo llega a raudales.
La vida no es una línea recta, no hay que cerrarse ni obsesionarse
Profesora de danza contemporánea ( y odontóloga)

En Galicia, casi 13.000 estudiantes se presentanron a las pruebas de acceso a la universidad