Baiuca monta un buen quilombo en Buenos Aires
Centenares de asistentes disfrutaron (y bailaron mucho) en el primer concierto del músico gallego en tierras argentinas

Saludo tras el apoteósico final del concierto de Baiuca en Buenos Aires
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Tras un recorrido desde el centro de más de media hora en taxi, y a buena velocidad, por las calles de la inmensa ciudad de Buenos Aires llegamos al popular barrio de Palermo, al nº 4389 de la Avenida Santa Fe que un viernes por la tarde presenta un ir y venir de tráfico y de personas constante y permanente, y donde se ubica la sala Groove, según nos cuentan una de las que programa mejores propuestas de música techno y electrónica de la capital argentina.
Aunque en esta ocasión hay algo que llama la atención porque, si bien la asistencia de jóvenes más proclives a este tipo de música es evidente y numerosa, también lo es la de otros asistentes no tan jóvenes o incluso de avanzada edad, lo que demuestra que lo que se va a vivir en esa sala minutos después con la propuesta electro-trad de Baiuca, o folktrónica como lo llaman algunos, va un poco más allá de un simple concierto, para convertirse en un evento social de la colectividad gallega en Buenos Aires.
HORA Y MEDIA DE BAILE, muñeiras Y corros "in crescendo"
Había expectación en la capital argentina por la propuesta de Baiuca que se sale de las habituales programadas para esa colectividad, en este caso con el respaldo de la Xunta de Galicia. Y aunque quien más, quien menos ya había echado un vistazo en internet, muchos acudían al concierto con ganas de saber "qué va a traer Baiuca desde Galicia, si será sólo música y ritmos preprogramados o algo más".
Una duda que quedaba rápidamente despejada cuando tras la salida de Alejandro Guillán a los mandos del escenario, acompañado del responsable de la proyección audiovisual Adián Canoura, iban apareciendo primero el dúo de cantareiras compuesto por Andrea y Noa y del percusionista Xosé Lois Romero.
Unas apariciones que fueron derivando la propuesta electrónica inicial hacia ritmos y cantos más de raíz, lo que fue impregnando a los asistentes hasta el punto de que ya apenas 15 minutos después de haber comenzado el concierto, se formaron los primeros corros de baile a los sones de una muñeira.

Primeros corros de baile en el concierto de Baiuca en Buenos Aires
Con el ambiente cada vez más animado y más después de que desde el escenario se invitara al personal a romper la barrera escénica que separaba a los asistentes a 10 metros del escenario, algo que movió hacia delante a toda la masa de público que se encontraban de mitad para atrás de la sala, Alejandro Guillán se ponían al micrófono para agradecer la implicación que estaba surgiendo entre músicos y asistentes "que tiene mucho que ver con este concierto porque", y ahí cambia de idioma al galego, "cada vez que saímos de Galicia e imos polo mundo adiante vemos como a comunidade galega é inmensa".
Y para recordar que "é a primeira vez que tocamos na Arxentina o que me fai moita ilusión", recordando que la composición de alguno de sus primeros temas fue en Madrid donde "sentín moito facelos, e iso que estaba preto de Galicia, polo que non me quero nin imaxinar o que é para vos que estades vivindo na Arxentina sentir esta música".
Dicho y hecho:

El personal se anima según transcurre el concierto de Baiuca y cada vez son más participando en los bailes
el gran quilombo
Y así llegamos a la recta final del concierto, con petición de "¡Otra,Otra!" incluso antes de que sonara la última antes del bis, y es en esos últimos temas donde se desatan las ganas de bailar y disfrutar con la propuesta de Baiuca, desplazándose algunos de los grupos de danzantes que habían estado todo el concierto en la holgada parte media de la sala hacia la zona del escenario.
Donde, como la propia música, los brazos arriba del baile tradicional gallego y los saltos de euforia de un concierto de música electrónica se mezclaron para firmar un apoteósico final a un gran quilombo.

Final del concierto de Baiuca en Buenos Aires
Poniendo un hermoso broche a un concierto de Baiuca en Buenos Aires que difícilmente olvidarán quienes, bailando o no, disfrutaron (disfrutamos) de una de las propuestas musicales de Galicia más innovadoras de los últimos tiempos y que convenció, incluso a algunos de los más ortodoxos defensores argentinos de la música y baile tradicional gallegos presentes en la sala.