¿Puede una granja de Galicia ser autosuficiente desde el punto de vista energético? Una explotación de Lugo lleva ocho años desconectada de la red
Casa da Fonte, situada en plena Ribeira Sacra, ha instalado placas solares y, con ayuda de un generador auxiliar, suministra energía a sus instalaciones desde el año 2017

Xosé García, propietario de esta explotación en Pantón, nos cuenta cómo lograron que su granja sea autosuficiente desde el punto de vista energético
Lugo - Publicado el - Actualizado
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El apagón general que se produjo en todo el país hace más de una semana, además de generar muchas dudas, porque todavía no sabemos las causas exactas que lo provocaron, ha dado lugar a un debate, o mejor dicho, ha puesto sobre la mesa un asunto que ya han planteado algunas organizaciones agrarias, como el Sindicato Labrego Galego (SLG): la posibilidad de que las explotaciones gallegas puedan se autosuficientes en cuanto al suministro de energía para mantener operativas sus instalaciones en cualquier circunstancia.
Al final, la luz regresó el pasado lunes después de unas horas, pero... ¿realmente pueden las granjas gallegas depender exclusivamente del suministro que les facilita la red eléctrica convencional?
En realidad, no es muy recomendable. Lo saben bien los propios ganaderos, acostumbrados a lidiar con problemas que son mucho más recurrentes en zonas rurales que en las áreas urbanas.
De hecho, hay explotaciones de leche que tienen que ordeñar decenas, incluso cientos de vacas, entre dos y tres veces al día; y, una vez finalizado ese trabajo, hay que conservar la leche.
La ausencia prolongada de suministro eléctrico puede suponer un auténtico desastre para estas empresas familiares, de modo que tienen que tener, como mínimo, una alternativa por si se va la luz.
Por ello, la mayoría de las explotaciones ya cuentan con electrogeneradores para hacer frente a este tipo de contingencias.
Pero el debate que se plantea ahora tiene una naturaleza diferente. De lo que se habla es de seguir dando pasos para que las explotaciones pueden ser autosuficientes desde el punto de vista energético y, hay ejemplos concretos que demuestran que realmente es posible, aunque la inversión inicial sea elevada por parte de sus promotores.
desconectada de la red desde 2017
La granja Casa da Fonte, en Mañente, en el municipio lucense de Pantón es una ganadería que certifica su producción en ecológico.
Está dedicada al vacuno de leche, que ordeña para la elaboración de productos lácteos que comercializan de forma directa. En la actualidad tienen 75 reses en producción. También cría cerdos de raza celta y pollos para carne. Entre otras particularidades, esta explotación lleva desconectada de la red eléctrica desde el año 2017.
Su propietario, Xosé García Freire, nos cuenta que, al menos en su caso, tomaron la decisión prácticamente obligados por las circunstancias, dado que cuando le solicitaron a la operadora la conexión de su granja a la red eléctrica, la empresa les explicó que el transformador de esa zona estaba ya sobrecargado y que, por lo tanto, habría que instalar uno nuevo, con más potencia, que ellos mismos tendrían que sufragar con sus propios recursos.
"La broma nos salía por 30.000 euros", explica Xosé, y una vez que comenzase a funcionar había que "cedérselo a la empresa".
Por ello, ante esa tesitura, tomaron la decisión de montar una instalación fotovoltaica para ser autosuficientes desde el punto de vista energético.
Además, dotaron a la granja de un generador auxiliar para hacer frente a posibles contingencias o a esos momentos en los que las placas solares no produjesen suficiente energía para cubrir las necesidades.

Xosé García Freire con uno de sus cerdos de raza porco celta
una inversión de 110.000 euros
La inversión alcanzó los 110.000 euros y no falta demasiado para que acaben de amortizarla.
Las placas solares suministran energía a los obradores donde elaboran los productos lácteos, a los frigoríficos donde se enfría la leche, a la granja y a la casa familiar.
En su caso, el ordeño de los animales se realiza con una "sala móvil" que desplazan por las diferentes parcelas en las que se encuentran las reses.
Xosé precisa que al encontrarse su explotación "en el Val de Lemos", en plena Ribeira Sacra, hay épocas del año con "mucha niebla", lo cual provoca que la producción fotovoltaica sea menor, pero aún así, la mayor parte del tiempo es suficiente para abastecer de energía a la granja y no tienen que recurrir con demasiada frecuencia al generador auxiliar.
Por cierto, además de leche y productos lácteos, en esta granja también crían cerdos de la raza porco celta y pollos para carne.
¿Pueden las granjas gallegas depender exclusivamente del suministro que les facilita la red eléctrica convencional? En su caso al menos, la respuesta es clara: sí.