El 'Museo Vivo e Integrado do Campo e da Locomoción Agraria' (Muvicla) abría hoy lunes sus puertas en la parroquia de Trasliste, en el municipio de Láncara, después de muchos meses de trabajo y de una inversión por parte de la familia promotora que se acercó a los 300.000 euros.

Este museo, integrado en una casa tradicional de labranza, es casi un proyecto personal de Marcos Vázquez, quien con el apoyo de su familia ha conseguido reunir unas 350 piezas relacionadas con la producción agropecuaria. Entre esas piezas figuran ocho tractores históricos, totalmente restaurados, que permiten al visitante realizar un recorrido por la historia de la locomoción vinculada a las actividades agrarias.

En declaraciones a Cope Lugo, Marcos Vázquez explicó que, además, este museo es “casi el único en Europa” que les ofrece a los visitantes la posibilidad de realizar “un paseo en un tractor histórico”, dado que todos los que están expuestos “están en perfecto estado de uso y, además, con la documentación en regla para poder circular”.

Entre esos tractores destaca la última incorporación, un vehículo marca Steyr, austríaco, que se encuentra entre los mil primeros que fueron matriculados en la provincia de Lugo. Los visitantes también podrán ver una colección de miniaturas y una importante muestra de herramientas y aperos utilizados en distintos momentos en la producción agraria en la provincia de Lugo.

También podrán visitar una exposición que enseña aperos y maquinaria utilizados en las labores de recolección del cereal durante más de un siglo, con cosechadoras que todavía funcionan, motores estacionarios y “máquinas de mallar” que se utilizaron durante décadas en el campo gallego para cosechar el trigo. Marcos Vázquez confirmó que “el museo abre ya sus puertas” y en los próximos días estará ya operativa su propia página web, en la que los visitantes podrán realizar un recorrido virtual por el Muvicla y concertar una visita.

En ese aspecto, el promotor del museo recordó que estará abierto casi “permanentemente”, pero para visitarlo habrá que concertar antes una cita, dado que la familia combina esta actividad con “la propia de una casa de labranza”. Vázquez confía en que este museo se convierta en poco tiempo en un “espacio cultural” de visita obligada en Láncara y en un lugar en el que los visitantes puedan acercarse a la historia del trabajo en el campo, de una forma “viva” y diferente.