El equipo directivo del IES da Terra Chá Xosé Traperao Pardo, de Castro de Ribeiras de Lea, ha presentado su renuncia como consecuencia de la falta de criterios claros para establecer los correspondientes protocolos de seguridad ante el inminente inicio del curso en Secundaria y por la falta de profesores para organizar convenientemente la actividad lectiva.

Noelia Blanco, hasta ahora directora del centro, precisó que el equipo directivo se puso a trabajar ya en julio de acuerdo con el protocolo de la Consellería de Educación, para lo que “se adaptaron los espacios del centro a las medidas de seguridad” y se compró el material higiénico-sanitario necesario.

Sin embargo, lamentó que todo ese trabajo se quedase en nada con la llegada del protocolo definitivo, a finales de agosto, porque hubo que reorganizar de nuevo todo el espacio para adaptarse a nuevas exigencias y directrices.

“Un caos”, lamentó en declaraciones a Cope Lugo, “nos volvimos locos para encontrar albañiles y eléctricistas” para hacer las obras necesarias en el centro y habilitar los espacios, algunos específicos, como las aulas de informática, a los nuevos usos y necesidades.

“Ahora se produce un nuevo cambio”, lamentó Blanco, a pocos días del inicio del curso, y “no sabemos todavía qué profesorado tenemos” para comenzar a impartir las clases.

Por otra parte, en ese mismo municipio lucense, los padres de los alumnos de 6º de Primaria del colegio 'Veleiro do Campo', en el municipio lucense de Castro de Rei, siguen sin enviar a sus hijos a clase.

Aseguran que la Consellería no ha hablando con ellos y que los niños no volverán a clase hasta que se desdoble en dos grupos el curso, dado que todos los alumnos han sido concentrados en tan solo un aula.

Los padres no llevan a sus hijos al colegio desde el pasado viernes para protestar contra la decisión de la Consellería de Educación de concentrar a todos los alumnos de 6º de Primaria en una única clase.

Uno de los padres, Antonio Balado, que actúa como portavoz de los afectados, explicó a EFE que “no tiene sentido” en este momento, con una alerta sanitaria que recomienda evitar las concentraciones de personas en lugares cerrados, unificar en un único grupo dos clases que siempre habían estado separadas.

Además, Balado recordó que dos de esos niños tienen unas necesidades especiales por motivos de salud, certificadas por el Sergas, que los convierten en personas de riesgo ante un eventual contagio por Covid-19.

Los padres afirman que, en estas condiciones, no enviarán a sus hijos a clase, aunque en el aula habría 25 niños, un número que se adapta a la ratio establecida por Educación en Galicia.