Tere estudia piano desde que se jubiló: "Antes le quitaba el polvo al teclado de mi hija, ahora toco canciones de Sinatra"
Celebramos el Día Internacional de las personas mayores en Santiago en el Espacio +60. Hay lista de espera en todas las actividades, con unos 500 alumnos senior inscritos.

Tere, Ramón y Esther cuentan cómo empezaron a estudiar piano
Santiago - Publicado el
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En la rúa Carreira do Conde, en Santiago, se escucha de nuevo sonar el piano porque esta semana han vuelto a clase los alumnos del Espazo +60. Las actividades se han retomado coincidiendo precisamente con el Día Internacional de las Personas Mayores, y era mucha gente la que aguardaba ansiosa por la llegada del 1 de octubre.
El alumnado de piano fue de los primeros en volver al aula. En la mayoría de los grupos encontramos veteranos amantes de la música que después de colgar las botas en sus respectivas ocupaciones profesionales... han podido por fin dedicarle el tiempo que antes se antojaba imposible.
A las puertas del aula, animada conversación con las partituras del curso pasado bajo el brazo. Hay quien ha aprovechado el verano para "a su manera", seguir avanzando con lo aprendido en clase...por ejemplo con el My way que tantas veces habían escuchado cantar a Frank Sinatra.
Amelia es la primera que rompe el hielo y se pone al teclado: silencio absoluto mientras va desgranando la melodía con la mano derecha..."con la izquierda todavía ..ummm", dice, como queriendo disculparse, pero sin embargo sí que incorpora algún acorde. A penas da la última nota y ya suenan los aplausos del resto de la clase.

Más de 30 alumnos senior estudian piano en el Espazo +60 en Santiago
"me quedé con las ganas hasta ahora, pero llegó el momento"
Hay 35 estudiantes inscritos en las clases de piano este curso, repartidos en distintos grupos. En el que nos colamos coincide que hay varios "exprofes" que, con la jubilación, se han puesto del otro lado del pupitre. Esther asegura que a ella la música le ayuda: "para mi es un aliciente venir a clase" un día a la semana. "Podían ser dos, así a una hora prudente... Porque no me importa madrugar, pero salir afuera en invierno..."
También Tere es de las que lleva ya varios años disfrutando con lo que antes no podía hacer: "ir a piscina que antes no podía ir...Y piano... hago lo que puedo, no lo dejo porque me aporta mucho" Siempre le gustó la música pero en la vida se había sentado al teclado a pesar de que en casa sí que tenían, porque cuenta que su hija es profe de música en Secundaria. Ahora "todos los días procuro practicar".
"Antes, lo único que hacía era limpiar el piano de mi hija, tenía miedo a...descompensarlo, así que jamás toqué una tecla! Ahora estoy encantada, la profe es encantadora..."
Ramón también es de los que se pasó al otro lado del pupitre y se ha puesto al piano. "Tocaba la flauta cuando daba clase, algún instrumento menor... pero empecé aquí y lo paso bien" asegura. Tiene siete nietos, así que lo del tiempo libre que se le presupone a los jubilados no es precisamente el caso de este abuelo. "Me toca a veces quedar con ellos... pero el tiempo bien aprovechado llega para todo". Son niños aún pequeños y cuenta que uno de cinco años que es muy aficionado a la música, siguiendo sus pasos ya "toca alguna canción sencilla". El niño le da también a la batería y el saxofón: por el momento, abuelo y nieto juntos "sólo tocamos el cumpleaños feliz", aclara Ramón.
La ilusión que tienen mis alumnos es una lección de vida para mi
Profesora de Piano en el Espazo +60

Lourdes Sánchez defiende que no hay edad para empezar a disfrutar con la música
Lourdes Sánchez es la profe "encantadora" de la que habla el alumnado de piano. Empezó las clases en el Espazo +60 después de comprobar cómo la música ayudaba a su madre, que sufría deterioro cognitivo: "cada viaje que iba a Argentina a verla veía un poco lo que la música hacía en ella, así que esta es la manera de devolverle a la tierra que me acogió lo que más amo, que es la música".
"Cada vez está más estudiado en neurociencia cómo la música puede llegar a partes del cerebro que de otra manera no se llega, los pone en sintonía con la vida de nuevo, y eso es muy bonito" Insiste Lourdes que podemos estar aprendiendo siempre, así que no hay límite de edad para empezar a disfrutar.
"Nos vuela el tiempo", explica. Arrancan con unos momentos de relajación, luego leen las lecciones y a continuación, las llevan a piano. "Es un ambiente de disfrute muy bonito". Después de dar clase durante décadas en el conservatorio, Lourdes asegura que el alumnado que tiene ahora "realmente son un ejemplo para muchos jóvenes, que a veces están aburridos de la vida, que no saben dónde mirar: es energía la que tienen!"

Álvaro Álvarez es el coordinador de Espacio +60 en Santiago
Despois da pandemia notouse que había moitas ganas entre a xente maior de facer cousas, de non deixar pasar o tempo
Coordinador del Espazo +60 en Santiago
Alredor de 1.000 persoas acuden asiduamente a este centro de la Obra Social de Abanca en Santiago. La mitad, más o menos, están apuntadas a una o varias de las actividades que ofertan: desde gimnasia de mantenimiento, habilidades digitales, clases de arte, música... Un espacio que empezó en los años 70 como un centro de jubilados al que asistían sólo hombres, básicamente a jugar a las cartas, recibe ahora, sobre todo, a mujeres para las que cumplir años no significa ni mucho menos quedarse mano sobre mano.
El coordinador del centro, Álvaro Álvarez, destaca la buena acogida que tienen entre los mayores las actividades de voluntariado. Entre ellas, una que consiste en acercar a los escolares cómo era el colegio en su infancia o cómo vivieron en primera persona la emigración. "É a décima edición e cada vez nola piden dende vilas de máis lonxe. Para os alumnos é unha clase diferente e para os maiores, unha experiencia moi satisfactoria". Y posiblemente para todos, en el momento que vivimos, imprescindible.

Las clases de digitalización también son muy demandadas por los mayores