Montserrat perdió a su madre a causa del Covid en noviembre pasado, así que conoce en primera persona la "desconexion terrible" que supone esta enfermedad entre los pacientes y las familias. Mientras ella misma luchaba contra el virus en casa, su madre libró la batalla sola en el Clínico de Santiago, pero no la pudo ganar. Fue entonces cuando ella decidió que iba a ayudar a otras familias en esa situación porque "las familias también nos sentimos mal" por no poder contactar con el enfermo, asegura en una entrevista en Cope Santiago.

Desde el 24 de diciembre, todas las tardes de lunes a domingo Montse se viste de "astronauta" para que los pacientes aislados puedan hacer vídeollamadas con sus familias. "No podíamos esperar a que llegase enero", nos dice, "el proyecto había sido aceptado por la Consellería, por la Universidad, por el Hospital… y yo pensé que no podían quedar descubiertas las Navidades porque eran fechas señaladas".

LOS MAYORES QUIEREN SABER CÓMO VA LA GRANJA, LA MATANZA...

La experiencia piloto hasta ahora está resultando un "éxito: sabemos que contribuye a la recuperación de las personas", afirma Montserrat. Desde la Cátedra de Cronicidad de la USC quieren reunir a un grupo de veinte voluntarios entre estudiantes de Medicina y Enfermería, para ir alternándose: una semana haciendo de intermediarios entre las familias y los pacientes y dos de descanso, para que puedan seguir también con sus estudios. Les darán formación, tanto sobre los protocolos y la enfermedad como sobre voluntariado. No parece que vayan a tardar mucho en arrancar: poco después de la entrevista en Cope Santiago, Sánchez-Agustino nos confirmaba que ya tenían 15 inscripciones.

"Es gratitud todo lo que recibo"

Cuando Montse entra cada tarde en las plantas con pacientes Covid la está esperando una lista de familias que han solicitado hacer vídeollamada y también, las sugerencias del equipo sanitario de aquellas personas que ya están en condiciones de ponerse en contacto con los suyos: "hay júbilo y alegría, también tristeza, por la necesidad de verse… pero después de la primera llamada vienen otras más sosegadas" cuenta emocionada ella también. "Conocer la cotidianidad de su hogar les ayuda, saber cómo van sus granjas, la matanza del cerdo: los mayores organizan sus casas y quieren saber cómo va el día a día" incluso cuando están en el hospital, afirma.

Montserrat acaricia la idea de que, cuando el proyecto esté consolidado en Santiago, pueda ponerse también en marcha en el resto de áreas sanitarias de Galicia. Por eso, anima a los estudiantes a que se impliquen y lanza un mensaje de tranquilidad a sus familias: "si hay un protocolo muy exhaustivo, está en el hospital". Y tal vez lo más importante: la experiencia que se van a llevar en sus mochilas para cuando sean los médicos y las enfermeras del futuro.