Ayer nos íbamos al barrio de Fontiñas, hasta la Rúa Dublín, recientemente reformada.

Hay elementos que no han durado nada y la calle ofrece una imagen descuidada.

El Concello de Santiago realizó en esta calle cambios para intentar calmar el tráfico, es decir, que los vehículos que emplean este vial vayan más lentos cuando circulan por aquí. Esta calle funciona de conexión directa para la Avenida de Lugo o el Multiusos Fontes do Sar, desde este barrio de la ciudad. Además de la cantidad de bloques de edificios y pisos que se concentran, nos encontramos un polideportivo o el Instituto Antón Fraguas, en uno de los laterales. Es decir, tienen que convivir diariamente miles de vehículos con muchos peatones que acuden a estos servicios.

Por su proximidad, además, al Multiusos, funciona también como zona de aparcamiento para los que llegan de otras zonas de Santiago a ver los partidos del Obradoiro. Algunos ven en esto un problema, porque entienden que no hay respeto por la calle y que la gente aparca de cualquier manera.

Para mejorar estas cuestiones los vecinos pidieron actuaciones al gobierno local. El motivo parece razonable: el de apaciguar el tráfico. Así es que el Ayuntamiento ejecutó las obras. No obstante el resultado deja mucho que desear.

El PP compostelano lo denunciaba hace unas semanas y los vecinos parece que tampoco acaban de entender la actuación: se ha cambiado el trazado recto por curvas, colocándose una especie de "triángulos" de acera, las jardineras están ya destrozadas o las plazas de aparcamiento se han convertido en muy irregulares, con formas extrañas y demasiado profundas.

Ayer veíamos a los operarios intentando arreglarlo. Han vuelto los trabajadores para colocar protecciones en las jardineras, y es que, tal cual estaban colocadas, las ruedas de los vehículos pasaban por encima, dejando la tierra esparcida por la carretera.