La historia de Kamal: de refugiado de la guerra de Siria a médico de familia con plaza MIR en Ourense
Este titulado en Medicina gracias a una beca de la USC y que habla perfectamente castellano "y un poco galego", dice sentirse "un privilegiado" entre los refugiados en España

Entrevista en Mediodía COPE Galicia con Kamal Aldalati, refugiado sirio y titulado en Medicina por la USC
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Hace ahora 12 años comenzaban a extenderse las protestas en muchos países del norte de África que ya en aquel entonces comenzaron a conocerse como la "Primavera Árabe". Manifestaciones populares de movilización ciudadana que, dependiendo de la realidad política y social de cada país, desde Marruecos hasta el Yemen, pasando Túnez donde comenzaron en diciembre del 2010, Argelia, Libia, Egipto o Siria exigían más libertades, más democracia, menos represión y, sobre todo, cambios en los sistemas políticos que en la mayoría de los casos estaban encabezados por regímenes autoritarios.
Unas revueltas que fueron aplastadas por la represión de esos regímenes y que en casos como el Yemen o Siria desembocaron en cruentas guerras civiles, sin que hayan supuesto el fin de autocracias como la de Bashar al-Ásad, cuya dictadura continúa tras ser "de facto" el vencedor de una guerra que ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados y refugiados.
Es el caso de Kamal Aldalati, que en 2013 decidió abandonar Siria donde su vida corría peligro ya que su trabajo como asistente sanitario "primero en un hospital militar de campaña donde realizaba el servicio militar obligatorio y al mismo tiempo, en otro campamento montado para la atención a los heridos en el bando contrario" es decir, de quienes se levantaron contra el régimen de Al Ashad, hacía que estuviera buscado por las fuerzas de seguridad del Estado sirio.
Así, Kamal decidió escapar primero al Líbano y de ahí, gracias a un visado de 3 meses, volar hacia España, aterrizando en Madrid con 25 años "y sin tener ni idea de castellano", lengua que maneja con soltura en la actualidad "además de un poco de galego" gracias a una de las vueltas que le ha dado la vida para poder convertirse, a sus 35 años, en médico titulado por la Universidad de Santiago.
"EL REFUGIADO MÁS PRIVILEGIADO DE ESPAÑA"
Fue durante su estancia en un centro de acogida de refugiados en Madrid donde Kamal escuchó por primera vez la posibilidad de optar una beca "aunque me decían que tenía poca probabilidad de que me saliese", pero que "junto con otro refugiado que ya es ingeniero, la pedí y me salió", abriéndole la primera de las puertas hacia la Universidad de Santiago para estudiar la carrera que siempre quiso: Medicina.
Aunque antes "tuve que hacer el selectivo, que aprobé gracias a la ayuda de mucha gente en Santiago que me acogieron muy bien", y de cuyo paso solo guarda "buenos recuerdos", como del profesor de la Facultad de Medicina que lo acogió en su casa "para darme techo, calor y comida" y para permitirle estudiar una carrera que, según reconoce abiertamente el propio Kamal, "me convierten en el refugiado más privilegiado de España".
EL FUTURO ENTRE ESPAÑA Y ALEMANIA "PERO, POR AHORA, NO EN SIRIA"
Tras la obtención de su título, junto con la nacionalidad española, Kamal decidió trasladarse a Alemania donde reside parte de su familia en la actualidad, "entre ellos mi madre" y donde realiza unas prácticas externas que le ponen en la duda de decidir si quedarse allí o regresar a España, ya que recientemente ha aprobado una plaza de MIR como médico de familia en Ourense.
"Aún no me he decidido, es algo muy difícil para mí", explica Kamal, aunque sí que tiene más claras las cosas cuando se le pregunta si prefiere el pulpo á feira o la salchicha con chucrut, optando claramente por la gastronomía gallega "porque no tiene nada que ver con la alemana".
Una claridad que también demuestra cuando responde "por ahora no tengo en la cabeza regresar" cuando se le pregunta si algún día volverá a su país natal, a Siria, donde aún reside su hermana y sus sobrinos "que se quedaron atrapados por la guerra", pero donde Kamal no piensa volver hasta que se acabe con el régimen de al-Ásad "que ha ganado la guerra y ha acabado con toda nuestra gente y con todos los recuerdos que teníamos allí".
Eso sí, deja una ventana abierta a la esperanza al asegurar que sí regresaría a Siria "si es para ayudar a la reconstrucción del país tras un cambio del régimen", aunque reconoce que "ahora me siento igualmente sirio y español; me tocó nacer en Siria y estar en España y no puedo elegir entre los dos países".
Sea lo que sea lo que depare el futuro, lo evidente es que Kamal Aldalati es un ejemplo de cómo dar oportunidades a refugiados o inmigrantes cambia la vida de estas personas, ayudando no sólo a su integración en la sociedad que los acoge, sino devolviendo también a esa misma sociedad la formación que han recibido gracias a becas como las del Programa de Ayudas Para Personas Refugiadas de la Universidad de Santiago y de las que en la actualidad se benefician 11 estudiantes entre afganos, palestinos, ucranianos o sirios que, como Kamal, solo buscan un mejor futuro, quizás, para poder cambiarlo.