Ha causado indignación en Santiago de Compostela el caso de una familia que tenía en una vivienda de las afueras de la ciudad más de 70 perros que vivían en condiciones muy malas: sucios, sin desparasitar y rodeados de excrementos.

No habían recibido nunca atención veterinaria, tenían sarna y el espacio en el que vivían estaba lleno de suciedad. Además muchos presentaban problemas genéticos por la consanguineidad de los cruces que se habían producido.

Denuncia vecinal y actuación de los voluntarios

Los vecinos, que tenían que soportar ruidos y malos olores, denunciaron la situación en numerosas ocasiones, pero el refugio municipal de la capital gallega decía no tener espacio para acoger a tantos animales. También pusieron los hechos en conocimiento de la alcaldía y de la concejalía con competencias en sanidad animal.

Finalmente tuvo que ser un grupo de voluntarios quienes organizasen el traslado de los canes a protectoras de toda Galicia. El problema coleaba desde hacía más de una década.

"Ahí no podía vivir nadie, era horroroso. Lo peor era el olor, que estuvo conmigo durante más de una semana" cuenta a Cope Tere, una de las voluntarias que ayudó a solucionar el problema y que estuvo dentro de la finca en la que vivían hacinados los perros.

Ella fue con una veterinaria que se encargó de examinar el estado de salud de los animales.

Todo salió a la luz cuando una nueva vecina llegó al barrio y contactó con la propietaria del galpón. "Ella se había dado cuenta de que se le había ido de las manos y pedía ayuda a quien se encontraba", explica la voluntaria.

Como las administraciones no solucionaban el problema los voluntarios se pusieron manos a la obra. Ahora quieren darle difusión al caso para sacar a la luz la falta de acción de las administraciones.