Eduardo Picallo, 7 años en un bacaladero: "hay temporales que duran un mes en Terranova, es un infierno"
El naufragio del Villa de Pitanxo ha sacado a la luz la dureza del mar de Terranova

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Galicia sigue pendiente de las noticias que llegan de Terranova, en Canadá, tras el hundimiento del Villa de Pitanxo en aguas de la NAFO este pasado lunes. 3 hombres han sido rescatados y 21 o han fallecido o siguen desaparecidos, un balance trágico que hace que este sea el peor accidente de un barco pesquero español desde el año 1978.
A raíz de este naufragio la sociedad española ha descubierto la dureza de las condiciones en las que se trabaja para pescar especies como el bacalao o el fletán negro en aguas del Atlántico Norte. "Es terribe, en Terranova solo hay dos climas, o niebla o mal tiempo", explica a Cope Galicia Eduardo Picallo un veterano del mundo del mar que trabajó en la extinta PISBE de Ferrol y que durante 7 años estuvo trabajando como jefe de máquinas en los barcos que iban a Canadá a pescar. "Nos podíamos pasar un mes con niebla, sin ver el sol. El peor temporal que recuerdo duró también un mes".
Hace tiempo ya que Eduardo no va a Terranova. Eran los años 50 del silo pasado cuando estaba embarcado en los bacaladeros de Ferrol. "Empecé como tercero, después segundo y al final jefe de máquinas. Estuve 7 años", cuenta Eduardo. "Ibamos detrás del bacalao, en Terranova o en Labadror".

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EL DURO TRABAJO EN LOS BACALADEROS
El relato de Eduardo Picallo deja claro lo difíciles que eran las condiciones de trabajo en los bacaladeros en la década de los cincuenta del siglo pasado. "Nos pasábamos trabajando en las máquinas 100 días sin ver tierra", recuerda. Entre que salían de Ferrol y volvían a casa podían pasar sin problema 9 o 10 meses.
Ir a bordo de un bacaladero era muy duro, pero todos modos el ex-jefe de máquinas destaca que las condiciones eran muy diferentes entre los oficiales y los marineros. "Para los marineros era un infierno. Íbamos en el barco 67 tripulantes. Nos adaptábamos y vivíamos pero era una vida cruel, muy cruel".
Eduardo Picallo explica que a día de hoy los barcos van mejor dotados en lo que se refiere a la zona en la que se aloja la tripulación, pero nosotros no llevábamos ni agua. Los barcos no tenían radares.
Ya solo el viaje para llegar a Canadá era toda una odisea. "Tardábamos 10 días y 10 noches para llegar a los bancos de Terranova. Ya la travesía era complicada.
NAUFRAGIOS Y 30 GRADOS BAJO CERO
Uno de los episodios más traumáticos que recuerda Edudardo de sus 7 años como jefe de máquinas en Terranova es el rescate de los tripulantes de un barco, el Tifón, que había chocado con otro bacaladero portugués. "Los recogimos y los repartimos entre los barcos de la PISBE que había en la zona". En esa época él estaba trabajando en el Maneiro, una nave que se movía entre Terranova y Labrador, otro caladero clásico para la pesca del bacalao.
"Recuerdo estar a 30 grados bajo cero en los caladeros de Labrador. El bacalao no se moría asfixiado en la red, sino congelado", recuerda con horror.
Además a bordo de los barcos no había festivos ni fines de semana. "Parábamos 10 horas el viernes santo, pero el resto de los días se trabajaba sin descanso".
Eduardo tiene claro que al mar hay que tratarlo con mucho respeto. "El mar es muy cruel". A veces le preguntan por qué no sale de las rías y él tiene claro que no va a luchar más contra las grandes olas con las que convivió durante su vida profesional.
QUEJAS POR LA SUSPENSIÓN DE LA BÚSQUEDA EN TERRANOVA
Estas últimas horas Canadá suspendía la búsqueda de los tripulantes desaparcidos tras el hundimiento, algo que no ha gustado a las familias de los marineros. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pedía este jueves también que no se deje de buscar en la zona.