En su día, hace 11 años, fue la imagen de la superación: un paciente de cáncer pedaleando en su habitación del Hospital de A Coruña… Hoy ha querido compartir su historia.

Se llama Jesús Cobelo y es natural de Ortigueira (A Coruña). Era ciclista profesional y hace once años la mala noticia llegó en forma de diagnóstico de cáncer: un linfoma por el que tuvo que ser trasplantado: "Es un tipo de cáncer que afecta al sistema inmunológico y linfático. Hay que tratarlo y, en mi caso, tuve que hacer un trasplante de médula". Nos dice que el ejercicio fue su aliado.

La foto de aquel 2013 donde luchó por su recuperación fue en el hospital, sí… pero pedaleando. Instaló una bici en su habitación de hospital, aunque las ganas o fuerzas no acompañasen, Jesús perseveró: "A veces no tenía fuerzas, pero siempre conseguía sacar un rato, tener algo de ánimo por llamadas o mensajes que recibía y casi todos los días hacía algo. Ahora físicamente estoy bastante bien, las analíticas son buenas y las pruebas de esfuerzo y marcadores de todo están, hasta ahora, bien".

En la actualidad, ya recuperado, Jesús no aparca la bici, ni mucho menos. Pesas o karate forman parte de su rutina de ejercicios.

Cada año se diagnostican 19.000 nuevos casos de cáncer en Galicia. El linfoma no está entre los más frecuentes…

La Asociación gallega de trasplantados de médula ósea (Asotrame) con todo, pone este testimonio como muestra de que hay vida después de un diagnóstico. Piden normalizar la donación de médula ósea, un gesto solidario y anónimo, que solo el año pasado salvó la vida a más de 70 personas en Galicia.

Cris Piñeiro, la presidenta de ASOTRAME pone el foco en el ejercicio y la alimentación como mejores aliados de quien tiene que convivir con la enfermedad, incluso para su prevención. Este colectivo demanda, una vez más, más fondos para investigación.