Galicia es conjuntamente con Extremadura, la parte más oriental de Castilla y León y las Islas Canarias, una de las comunidades que tiene más del 80% de su territoria afectado por el gas radón, un gas radioactivo que emana de los suelos, sobre todo graníticos, de manera natural y que en altas concentraciones puede provocar cáncer de pulmón.

Los ayuntamientos de nuestra comarca están en nivel 2, lo que quiere decir que tenemos una concentración superior a los 600 bekerelios por metro cúbico de media en nuestras viviendas.

El próximo 22 de junio acaba la moratoria para aplicar un nuevo Real Decreto que obliga a las empresas sobre todo aquellas ubicadas en plantas bajas y sótanos someterse a estos controles por el bienestar de sus trabajadores.

La empresa CYE Control y Estudios, con sede en Narón, está especializada en el servicio integral de control de radón y soluciones. Gonzalo Guzmán, el director técnico, explica que desde el año 2019 existe una normativa que ya obliga en la construcción de nuevas casas y edificios a aplicar soluciones aislantes, pero que sobre todo en las casas de planta baja anteriores a ese año habría que tomar medidas si la medición supera unos límites que pueden ser peligrosos para la salud.

¿CÓMO SE REALIZAN LAS MEDICIONES?

Hay diferentes sistemas que miden la concentración de este gas, medidores que toman una media en 90 días o bien la variación en el día durante una semana. Y es que los niveles de radón son muy variables, aumentan con el tiempo frío y por la noche y disminuyen, por ejemplo en verano o durante el día. Desde el año 2019 los edificios ya tienen que construirse de una determinada manera para evitar la entrada de radón en viviendas, pero si nuestra casa es anterior a esta fecha existe remedio como técnicas de aislamiento, ventilaciones o soluciones combinadas.

Todo remedio es poco porque somos uno de los países de la UE más laxos con la legislación al respeto.