En la década de los años 70 y principios de los años 80, antes de la reconversión naval, la antigua Astano contaba entre su nómina con miles de trabajadores. Su principal actividad era la construcción de grandes buques petroleros, cuyos armadores eran tanto de empresas americanas como incluso españolas.

Con la llegada en el año 1969 del Instituto Nacional de Industria (INI) a esta empresa, también se instauró una novedad: se dotó a la factoría de Perlío de seis cascos completamente dorados y que se diferenciaba claramente de todos los que existía en estas instalaciones.

¿A qué estaban destinados estos exclusivos cascos? Pues fuentes consultadas por COPE Ferrol han detallado que se reservaban para personas “ilustres” que acudían al astillero de Fene, sobre todo a armadores o responsables de algún gobierno nacional o jefes de Estado, que lo utilizaban solo cuando acudían a pie de obra y por motivos de seguridad y que buscaba diferenciar a sus portadores del resto de personas.

Los “cascos de oro”, que así se denominaban entre los directivos de la antigua Astano, solo se utilizaron durante los primeros años de la década de los años 70, quedando luego relegados para evitar que su portador fuera el centro de todas las miradas.

COLECCIÓN EN LA CIG

Uno de estos cascos llegó tras varias gestiones y una intensa búsqueda, por su exclusividad, hasta la Federación de Industria del sindicato CIG en Ferrol, cuyo secretario comarcal, Vicente Vidal, y sus compañeros, Sergio Martínez y Víctor Díaz, acumulan cerca de un centenar de cascos que han venido reuniendo a lo largo de los últimos tiempos, siendo el dorado de Astano una de las “joyas” de esta particular colección.

Bien es cierto que la mayoría son de compañías que desarrollan su labor en los dos astilleros de Navantia en la ría de Ferrol, pero también los tienen de empresas que ya han desaparecido y que también fueron empleados por operarios de compañías en las extintas Bazán y Astano.

Ante el gran número ya conseguido, Vidal ya adelanta que han decidido encargar una estantería para “que esta parte fundamental de la seguridad de los trabajadores tenga también un lugar digno y puedan ser contemplados para nuestras visitas”.