Ramón, patrón de barco en A Coruña: "No hay relevo generacional, la edad media es elevada y la mitad de la tripulación es de Marruecos o Senegal"

La reducción de las cuotas para especies como la xarda amenaza al sector y agrava la crisis actual de la esca

Noela Bao

Coruña - Publicado el - Actualizado

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El sector pesquero de Galicia mira con incertidumbre el futuro tras los recortes a las capturas aprobados en Bruselas. Los Totales Admisibles de Capturas (TAC) para los próximos años han sido calificados como “muy poco satisfactorios para Galicia”, y suponen un nuevo golpe para una parte importante de la flota. Fuentes de la Consellería do Mar señalan que el impacto económico de la medida podría alcanzar los 65 millones de euros.

Duros recortes en especies clave

La conselleira do Mar, Marta Villaverde, ha explicado que su departamento está analizando los números en detalle para medir el impacto real en la flota. Sin embargo, la preocupación es máxima ante la reducción de las cuotas en especies fundamentales para la flota gallega. El mayor recorte se produce en la xarda (caballa), donde se mantiene una reducción del 70% que dejaría el TAC de 2026 en solo el 30% del actual.

Noela Bao 

Pescado en la Plaza de Lugo de A Coruña

A esta especie se suman otras clave para el sector. En el abadejo, el recorte podría situarse alrededor del 13%, mientras que en el lirio (bacaladilla) la reducción sería del 40%. La Xunta seguirá analizando la documentación final y el impacto que estas cifras tendrán en las flotas de arrastre, cerco y artes menores.

La vida a bordo: la visión desde el mar

Ramón, patrón y armador del Burelés, un barco de pesca de arrastre litoral con base en A Coruña, cuenta a COPE su día a día su preocupación mientras faena en la zona de Ortegal. Las cuotas marcan la planificación de su trabajo,  pero la drástica reducción de la xarda pone en jaque su futuro. El horizonte de 2026 es ahora muy incierto.

La situación se suma a problemas que el sector arrastra desde hace años. Ramón recuerda que la Navidad no es una época especialmente boyante para barcos como el suyo porque desde hace casi una década tienen vetada la captura de la cigala. Aunque el sector mantiene que la población se ha recuperado, no lo ha hecho en los mismos lugares, un cambio que Ramón cree que podría estar relacionado con catástrofes ecológicas pasadas. “Desde la catástrofe del Prestige, la cigala no ha vuelto a su sitio”, lamenta.

El patrón del Burelés echa en falta que en estos repartos de cuotas se tenga más en cuenta el factor humano y la base social de la pesca. Su percepción es que la flota se reduce progresivamente, una realidad palpable en los puertos gallegos: “Cada vez somos menos en el mar”, afirma.

Cada vez somos menos en el mar"

Ramón

Patrón y armador del Burelés

Un sector sin relevo generacional

La historia de Ramón es un reflejo de esta crisis. Con casi 30 años en el oficio, ya debería estar jubilado, pero ha vuelto a faenar ante la falta de relevo generacional. Su caso no es único, y explica que los nuevos pescadores que se incorporan a la flota “llegan de otros países”, como Senegal o Marruecos. De esos países son "la mitad" de la tripulación de su buque, formada por diez integrantes. 

Redes de pesca

Su regreso al mar no responde a una necesidad económica, sino a su vínculo con el oficio. Según explica, volvió porque se negó a “cerrar su etapa e ir al desguace”. Para él, “el mar lo es todo”, una vida entera dedicada a una profesión que ahora busca desesperadamente quien coja el timón de su barco.

Esta crisis de vocaciones se suma a la preocupación por la dependencia de las importaciones. Desde el sector denuncian que solo el 30% del pescado que se consume en Europa es de producción propia, mientras se aplican unas exigencias muy altas a la flota comunitaria que, aseguran, no se aplican por igual a los barcos de países terceros que faenan en aguas como el Mediterráneo.