Las claves del cierre de Down Experience en A Coruña: de proyecto de inclusión pionero a concurso de acreedores

El Ayuntamiento de A Coruña trabaja ya en la nueva licitación del emblemático local tras el cierre de la empresa que integraba a trabajadores con Síndrome de Down por su "complicada situación económica"

Noela Bao

Coruña - Publicado el

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La sociedad Down Experience SL, participada íntegramente por la Asociación Down Coruña, ha entrado en concurso de acreedores, una decisión que ha supuesto el cierre definitivo del conocido quiosco de la Plaza de Ourense en A Coruña. Según ha comunicado la propia asociación, la medida llega tras haber analizado todas las alternativas posibles para garantizar la viabilidad del proyecto, sin que finalmente se haya podido alcanzar la estabilidad necesaria.

Prioridad: la transición laboral

La prioridad de Down Coruña se centra ahora en la atención a las diez personas trabajadoras que se han visto afectadas, de las cuales ocho tienen síndrome de Down o alguna discapacidad intelectual. Para ello, la entidad ha activado un programa de Empleo con Apoyo que ofrece un acompañamiento individualizado a cada trabajador con el objetivo de "facilitar su transición a nuevas oportunidades laborales en el mercado ordinario".

Un café en Down Experience

Desde la organización destacan que el objetivo del quiosco como "lanzadera formativa" se ha cumplido, ya que ahora disponen de un grupo de profesionales con formación y experiencia en hostelería. De hecho, han informado de que en los últimos días varias empresas han mostrado interés por valorar la incorporación de estos trabajadores y han agradecido públicamente su labor: "Han demostrado profesionalidad, compromiso y un profundo sentido de responsabilidad en un contexto complejo".

El Ayuntamiento busca una nueva concesión

Al tratarse de una concesión de titularidad municipal, la empresa ya ha formalizado su renuncia. La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ha lamentado "el fin inesperado de este proyecto" y ha confirmado que se debe a una "situación económica complicada". En sus declaraciones, la alcaldesa ha afirmado: "Yo lamento mucho que esta entidad haya tenido que renunciar a la concesión".

Lamento mucho que esta entidad haya tenido que renunciar a la concesión"

Inés Rey

alcaldesa de A Coruña

Inés Rey ha asegurado también que el consistorio ya está trabajando en los trámites para una nueva licitación del espacio. El objetivo municipal es que el quiosco "esté operativo lo antes posible" y que la futura concesión "tenga también un marcado compromiso social", en línea con el proyecto que ahora finaliza.

COPE Coruña

Taquilla en el Kiosko de la Plaza de Ourense (A Coruña)

Por su parte, y según la información facilitada por Down Coruña, la entidad ha querido remarcar que esta situación no altera su misión. La asociación ha asegurado que continuará "impulsando programas, alianzas y oportunidades que permitan que las personas con discapacidad intelectual accedan a un empleo digno, visible y estable".

El regreso de los bocatas de calamares

El proyecto, que arrancó en junio de 2021, no solo recuperó un espacio emblemático de la ciudad, sino que se convirtió en un referente de la integración. La iniciativa de Down Coruña permitió la rehabilitación del histórico templete de la Plaza de Ourense, transformándolo en un negocio de hostelería que llegó a contar con 19 empleados, de los cuales once tenían síndrome de Down o discapacidad intelectual. El quiosco se hizo famoso por sus bocadillos de calamares, recuperando una tradición muy apreciada por los coruñeses.

El cierre supone el fin de lo que el director gerente del negocio, Manuel Rego, llegó a describir como "un referente en la ciudad". El éxito del Kiosko Down Experience radicaba, según sus responsables, en ofrecer "calidad y precio razonable", además de cumplir un objetivo de integración laboral pionero. La noticia del concurso de acreedores pone fin a una historia que devolvió la vida y el tradicional olor a calamares al centro de A Coruña.

El equipo humano era el alma del proyecto. Trabajadores como Bea, una de las cocineras, que con 31 años , se mostraba "muy contenta" de formar parte del equipo, o Adrián, camarero, que atendía las mesas con una dedicación encomiable. 

 Su caso, como el de sus compañeros, evidenciaba el éxito del modelo como una "lanzadera formativa". Ahora, la prioridad es precisamente facilitar su transición a nuevas oportunidades laborales, aprovechando la experiencia y profesionalidad que han demostrado.

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