El cementerio de San Amaro se llena de flores por Difuntos

No hay nada más coruñés que tener un nicho familiar en San Amaro, y estos días este cementerio más emblemático de la ciudad es un hervidero de gente. Quizás más que otros años, porque el mal tiempo ha retrasado un poco la visita a las tumbas de los nuestros. Estos días previos a Difuntos han reforzado su horario y retrasan una hora su cierre, hasta las 19h.

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San Amaro, recién abierto

San Amaro, recién abierto

Son días de “mucho trabajo” para los empleados de San Amaro, como Jesús, ayudante de cementerios. “Te solicitan poner flores, aparte del trabajo habitual de barrer, limpiar, hacer los entierros y demás”, afirma.

A este trabajo habitual suman la amenaza de las borrascas. De hecho, a lo largo de la mañana el Ayuntamiento de A Coruña ha confirmado que este miércoles, 1 de noviembre, cerrará la puerta principal del Cementerio de San Amaro, por Orillamar "para evitar posibles accidentes" debido al arbolado que rodea la puerta. Estará disponible el acceso lateral de Rafael Baixeiras .

El recuerdo en forma de flores

Carlos es uno de los más madrugadores y este martes va a dejar un centro de flores antes de ir a trabajar. “Gladiolos, como le gustaba a mi padre”. Como Ángeles, no solo va al cementerio en Difuntos. “Vengo muchas veces, me queda aquí cerquita”, dice la mujer, que tiene en San Amaro a “mis abuelos, hermanos, tíos, primos...” y les va a llevar “claveles”.

Las floristerías del entorno del cementerio no dan abasto. Horas extra se quedan cortas para negocios llenos de centros, coronas y muchos crisantemos, la flor que todavía predomina para Difuntos.“Es el rey”, cuenta Pablo, de Floristería Guillén mientras ultima decenas de encargos.

Ya desde el viernes pasado llevan registrando mayor afluencia de gente en este negocio familiar que funciona al revés de lo habitual. Lo crearon hace décadas los hermanos Guillén. Luego enredaron a su madre, María Pilar, especialista en ramos de siemprevivas. Ella está echando una mano estos días y hablamos con ella mientras prepara unas gerberas. “Ahora lo mío es vocacional, porque aquí me lo paso fenomenal”, confiesa.