Intereses económicos y cinegéticos: los motivos que provocaron el incendio de Aliseda
Las llamas que han arrasado más de 4.000 hectáreas se originaron en dos focos distintos en una misma finca

María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura
Mérida - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
El devastador incendio declarado en Aliseda (Cáceres), que ya ha consumido más de 4.000 hectáreas, fue provocado de manera intencionada. Las autoridades regionales han confirmado que detrás del fuego se esconden intereses económicos vinculados a la caza. El consejero de Presidencia, Abel Bautista, no dejó lugar a dudas:
“Sabemos las causas, la parcela exacta y las horas en las que se provocó el incendio. Hubo dos focos distintos, en la misma finca, por una cuestión cinegética. Hay que ser absolutamente desalmado para hacerlo”. Dos focos provocados en la misma parcela
Según la Junta de Extremadura, el fuego fue originado de forma premeditada en dos puntos diferentes de una finca privada. La propagación obligó a evacuar viviendas aisladas en la carretera de Badajoz y el entorno del ecoparque.
La reactivación nocturna, visible desde la N-523 entre Badajoz y Cáceres y ampliamente difundida en redes sociales, también se atribuye a esta acción deliberada. “Delincuentes que prenden fuego por dinero”. La presidenta de la Junta, María Guardiola, ha mostrado su indignación en COPE:
“Es absolutamente lamentable que delincuentes prendan fuego por razones económicas. Este incendio ha puesto en riesgo a nuestra gente, a nuestra forma de vida, y ha obligado a desviar recursos que eran imprescindibles en otros frentes”. Investigación abierta
Por su parte, el delegado del Gobierno, José Luis Quintana, ha pedido prudencia al respecto de la autoría:
“No podemos confirmar identidades ni dar datos concretos. La Guardia Civil tiene una investigación abierta y necesitamos pruebas sólidas para que sean contundentes cuando se presenten”.
Una tragedia evitable
La confirmación de la intencionalidad del fuego ha causado indignación en Extremadura. Con más de 4.000 hectáreas arrasadas, queda claro que la catástrofe medioambiental de Aliseda no fue un accidente, sino una acción premeditada por intereses económicos.