El olor, las plumas y el ruido de estos animales están ocasionando verdaderos problemas a todo el vecindario de La Antigua. Las palomas siempre han existido en la zona, pero nunca como en los últimos años. La propia asociación de vecinos asegura que hay dos focos importantes, considerados plaga: «uno en la calle del Padre Panero y otro más preocupante en la corraleta».

«Es horroroso, hay sobrepoblación y siguen anidando en balcones y ventanas de viviendas vacías». Son palabras de Sergio, un nuevo vecino de la barriada que se ha topado con el problema. «El olor es insoportable y el suelo del parque es intransitable», apunta este vecino de la zona conocida como “la corraleta”.

La mayoría de las viviendas en la zona tienen instalados toldos, persianas o mosquiteras para impedir que las aves aniden o se posen en sus barandillas, bordillos o tendederos. Elisa, vive en la C/ Nuestra Señora de la Antigua y debería tender su ropa en las ventanas que dan a “la corraleta” si no fuera porque las palomas se lo impiden. «Es imposible tender la ropa con normalidad», lamenta esta vecina. Añade también, «No puedo tener las ventanas abiertas por miedo a que se cuelen dentro de mi casa».

Con la llegada de las altas temperaturas, algunos vecinos ya han hecho llegar sus quejas tanto al ayuntamiento como la Asociación de Vecinos de la Antigua. Su presidente, Luis Valiente asegura que han enviado varios escritos al consistorio porque siguen sin poner solución a este problema. Indica que «el servicio de limpieza retira la suciedad de las palomas semanalmente, pero dura limpio unas horas. Es insalubre para los vecinos».

Por su parte, el Ayuntamiento de Mérida asegura que han traslado el problema a la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura ya que «las administraciones locales no tienen competencias en este sentido».