La Asamblea de Extremadura debate mañana la ley de UNINDE
El visto bueno supondrá la creación de la primera universidad privada de la región, un proyecto que promete sacudir los cimientos del sistema educativo y atraer el talento global.

Escucha la entrevista con Antonio Tubio enMediodía COPE Badajoz
Badajoz - Publicado el
3 min lectura
Mañana no es un día cualquiera en el calendario de Extremadura. El hemiciclo de la Asamblea se convertirá en el epicentro de una transformación histórica para la comunidad. Sobre la mesa, y con un respaldo político casi total, yace el proyecto de ley que debe dar luz verde a la Universidad Internacional para el Desarrollo (UNINDE), la primera iniciativa privada que aspira a plantar su bandera en un terreno hasta ahora reservado a lo público. Antonio Rubio, su máximo responsable, aguarda con la serenidad de quien ve el final de un largo camino y hoy hablaba en COPE Badajoz . "Estamos muy satisfechos de haber llegado al final de este largo proceso", confirma, consciente de que la aprobación no es el final, sino el comienzo de una "etapa de enorme responsabilidad" para responder a las expectativas generadas.
Pero, ¿qué aporta UNINDE a una comunidad que es una de las tres últimas sin universidad privada? La respuesta se cifra en vocación global y raigambre local. No nace de la nada, sino del Grupo Educativo Internacional que la respalda, una red con presencia en varios países que aporta "una excelencia académica ya testeada". Este pedigrí internacional no es un mero adorno; es la columna vertebral de un modelo que permitirá a un estudiante "cursar sus estudios aquí, en Extremadura, o los pueda cursar en Florida, en Estados Unidos, en Santiago de Chile o en Portugal". Esta trazabilidad de los títulos es un imán poderoso y una herramienta para enriquecer la, a veces deficiente, transferencia investigadora con "otros pilares, otros enfoques, otros investigadores en el resto del mundo".
Otros pilares, otros enfoques, otros investigadores en el resto del mundo
Impulsor UNINDE
El gran desafío, sin embargo, no es sólo construir una universidad, sino vender Extremadura como destino. Antonio Rubio se convierte en un ferviente embajador. "Extremadura es uno de los destinos más demandados dentro de la Iniciativa Europea Erasmus", proclama, y enumera sus bazas: un coste de la vida asequible, una calidad de vida elevada —esa "economía emocional"—, la cercanía de sus gentes y su condición transfronteriza. Badajoz, epicentro del proyecto, se pinta como una ciudad con "muchísimo ocio" y fiestas "súper relevantes", un complemento vital para el estudiante. La promesa es una campaña agresiva para "vender Extremadura como destino universitario" al mundo.
uninde es para todos
Ante la sombra de la elitización, Rubio es contundente: "En ningún caso". Afirma a boca grande que "nadie que estudie en UNINDE se quedará fuera de la universidad por motivos económicos". Una política de becas y financiación, unida a pruebas de acceso propias para identificar talento sin recursos, será el muro de contención. El compromiso social es, por tanto, una seña de identidad que busca romper el prejuicio de lo privado.
Y todo esto tendrá su corazón en Badajoz. La capital pacense albergará un "edificio de 10 plantas, un edificio singular, que va a ser también el orgullo de la ciudad, de la región". Con capacidad para unos 2.000 alumnos, el cronograma es ambicioso: si hoy la ley recibe el visto bueno, "podremos ver los primeros movimientos de tierra a principios de año 2026". No es solo un campus; es la materialización de un símbolo, una declaración de intenciones que aspira a cambiar la fisonomía y el futuro de la ciudad. Extremadura no solo debate una ley mañana en la Asamblea; si la balanza se inclina a favor, estará firmando la partida de nacimiento de un nuevo faro para su talento y su proyección en el mundo.