Hace unos días, Manuel Vivas, de 94 años, usuario de la residencia Nuestra Señora de la Piedad, denunciaba públicamente el estado en el que se encontraba el ascensor del centro, inoperativo, averiado, y que estaba provocando que mayores en silla de ruedas no pudieran bajar a la planta baja, aparte del esfuerzo que estaba suponiendo para los trabajadores del centro, que tienen que salir y subir por una rampa en el exterior.

En mayo, se hizo una promesa por parte del SEPAD de la instalación de un nuevo ascensor. Vivas apuntaba que en cualquier momento “puede ocurrir una desgracia”.

El pasado jueves, el presidente de la Junta estuvo presente en Cajalmendralejo en la inauguración de un congreso iberoamericano sobre discapacidad. Tras el acto, se dirigió a la residencia, junto al alcalde, donde se encontró con Vivas, al que conoce de su etapa como presidente de la plataforma pro-hospital.

Vara incidió en la promesa de un nuevo ascensor. A todo esto, en la tarde de ese mismo día, se solucionaba la avería, aunque la solución, a tenor de los antecedentes, es que se instale uno nuevo.