Reabre la iglesia de Picanya tras ocho meses cerrada por la DANA

La Dana ha dejado y sigue dejando imágenes de lo más tristes en las zonas más afectadas por la riada. El agua no ha hecho excepciones y desgraciadamente las iglesias no se han librado de los estragos. 

La parroquia Nuestra Señora de Montserrat de Picanya, una de las más afectadas por la catástrofe, reabre por fin sus puertas tras permanecer cerrada desde el 29 de octubre, al ser una de las localidades más afectadas por las consecuencias de la Dana.

Las puertas del templo se abren desde este 17 de mayo a los fieles con la celebración de una eucaristía, a las 18:00 horas, presidida por el Vicario episcopal, Jesús Corbí, coordinador de la zona especialmente afectada por la DANA, y concelebrada por el párroco de la localidad, Joaquin Civera.

A esta reapertura del templo asistirán la Directora de Patrimonio de la Generalitat, Gemma Contreras, y el Teniente General de la UME, Javier Marcos.

Los esfuerzos realizados en las tareas de desinfección, permiten la esperada reapertura de la iglesia, cerrada al público desde hace ocho meses. Durante este tiempo se realizaron trabajos de desinfección por la afección de hongos, reconstrucción de muros y pintura, mantenimiento e instalación de puertas.

Como parte de este proceso de recuperación, se ha realizado una desinfección de los retablos. Algunas de las esculturas y retablos de la parroquia quedaron gravemente dañados y no fue posible su recuperación, pero otras obras, que tienen gran valor histórico, sí están siendo restauradas por el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i). Por su parte, la parroquia se ha hecho cargo de la restauración del único anda que se conserva.

Desde mañana sábado 17 de mayo, el templo Nuestra Señora de Montserrat de Picanya vuelve a estar abierto a los fieles.

La estatua que recibió el papa de la iglesia de picaya

El Papa Francisco recibió la escultura de un ángel de la parroquia de Picanya que acabó destrozado por la Dana. El Pontífice tomó la figura de manos de Eva Fernández, corresponsal de COPE en el Vaticano, que le fue enviada por la Archidiócesis de Valencia, con una nota para el Papa del vicario episcopal, Jesús Corbí.

Corbí señalaba que se la entregaban al Papa «en memoria de los que han muerto en esta inundación, en recuerdo de tantas familias que lo han pedido todo, en agradecimiento a todos los voluntarios que nos han ayudado».

La escultura representa un ángel en estado de adoración que se encontraba junto al sagrario y que apareció destrozado sin cabeza y sin alas tras quedar arrasada la Iglesia. El otro ángel que completaba la pareja quedó totalmente irreconocible.