El calor inusual de octubre amenaza los cultivos valencianos y la campaña del próximo año
La falta de frío compromete la calidad de hortalizas como la alcachofa y la floración de los frutales, activando también plagas y enfermedades fuera de temporada
Valencia - Publicado el
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Las inusuales altas temperaturas de este mes de octubre, que alcanzaron picos de hasta 30 grados en la Comunidad Valenciana, han encendido las alarmas en el sector agrícola. La preocupación por cómo este calor anómalo afecta a los cultivos de invierno ha sido uno de los temas centrales en el programa 'Mediodía COPE Más en Valencia', dirigido por Carles Villeta. Para analizar la situación, el programa ha contado con la intervención de José Sales, responsable de los servicios técnicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
Consecuencias para la próxima cosecha
José Sales ha explicado que, aunque un episodio breve de calor no tendría un gran impacto, su prolongación sí acarreará consecuencias notables, especialmente de cara a la campaña que viene. Algunos de los cultivos más sensibles, como los frutales, necesitan acumular horas de frío durante el otoño y el invierno. Este proceso es clave para garantizar una buena floración y el posterior cuajado de los frutos en primavera. Si este enfriamiento no se produce, "seguramente tenemos muchas dificultades en la producción de la campaña siguiente", ha advertido Sales.
En el caso de las hortalizas de invierno, las altas temperaturas provocan un desequilibrio en las plantas que impide alcanzar la calidad exigida por los mercados. Por ejemplo, las alcachofas se abren y las coles suben a flor, fenómenos que devalúan el producto. El experto ha subrayado la importancia de que las temperaturas bajen para evitar estos problemas.
Si la temperatura es alta, hay un desequilibrio en la planta y no conseguimos la calidad que exigen los mercados"
Sales ha sido claro al respecto: "Si la temperatura es una temperatura alta, hay un desequilibrio en la planta y, por tanto, no conseguimos elaborar correctamente ese producto agrícola de la calidad que nos exigen los mercados". Esta situación afecta también a otros cultivos relevantes en la región como la uva, la almendra, el arroz y los caquis.
Plagas y enfermedades más persistentes
Otro de los efectos directos del calor fuera de temporada es la proliferación de plagas y enfermedades. Según ha detallado Sales, las bajas temperaturas otoñales suelen detener la actividad de muchos parásitos, pero el calor actual permite que tengan más generaciones y persistan más tiempo en los cultivos, causando daños significativos. "Nos afecta y nos afecta mucho", ha reconocido.
Naranja con plaga
Plagas como los pulgones, las moscas y, en especial, la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), que antes "desaparecían" con la llegada del frío, ahora se mantienen activas. Lo mismo ocurre con los hongos, que con temperaturas de 20 a 30 grados pueden seguir actuando sobre las plantas, obligando a los agricultores a "estar pendientes de que no provoquen daño".
La adaptación y la investigación, claves
Este fenómeno climático no es nuevo, sino que se ha repetido con frecuencia en los últimos años. Ante esta realidad, a los agricultores no les "queda otra que adaptarnos a esa evolución climática", ha afirmado Sales. Sin embargo, esta adaptación requiere de nuevas herramientas y conocimientos, por lo que desde AVA-ASAJA se lanza una reivindicación clara a las instituciones.
Es importante que las administraciones destinen fondos para ayudarnos a adaptarnos"
Es fundamental manejar los cultivos de la forma "más acertada posible", y para ello es necesaria más inversión. "Es importante que las administraciones destinen fondos para ayudarnos a adaptarnos a esa evolución climática que tenemos hoy en día", ha reclamado el técnico, destacando el papel crucial de la innovación y la investigación en este desafío.
Preguntado por si esta situación podría aumentar la dependencia de las importaciones, Sales ha mostrado cautela. Ha defendido que las importaciones deben ser "un complemento a las producciones europeas, no para sustituir a los agricultores europeos". En el caso de los cítricos, ha explicado que la falta de contraste térmico entre el día y la noche puede retrasar el cambio de color de la fruta, pero considera que el marco productivo está controlado y las importaciones no suponen una sustitución.
Finalmente, el responsable técnico de AVA-ASAJA ha expresado su deseo de que el tiempo "vuelva a su cauce" y lleguen pronto las bajas temperaturas que el campo necesita para que la actividad agrícola pueda continuar con normalidad y sin mayores sobresaltos.
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