VALENCIA BASKET
De Valencia al mundo: imponente imagen del Roig Arena en su primer gran ensayo
Un evento interno con 10 mil personas sirve de réplica para lo que se vivirá el 6 de setiembre con su inauguración oficial. Parking, seguridad, ticketing, la restauración, el espectáculo de luces, el sonido y una actuación de Seguridad Social dejan boquiabiertos a los asistentes

Una imagen del imponente Roig Arena durante el ensayo del martes pasado
Valencia - Publicado el - Actualizado
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Poco antes de las siete de la tarde del martes, nada era igual en Quatre Carreres. Los vecinos están acostumbrados al movimiento: partidos y eventos en la Fonteta y L'Alqueria, la actividad de los polideportivos del rugby y el fútbol, y esa faraónica obra del Roig Arena que ha cambiado la fisonomía del barrio. Pero esta vez es diferente. Hay ilusión, expectación. Hay una prueba piloto de la nueva instalación, con todos los departamentos funcionando a pleno rendimiento (parking, seguridad, ticketing, restauración, mantenimiento, producción... y una actuación musical). Más de 500 personas. Y más de diez mil invitados. La mayoría trabajadores de Mercadona y del resto de entidades con las que articula su descomunal mecenazgo Juan Roig. También las instituciones o empresas colaboradoras y, con gran sensibilidad, las asociaciones vecinales que han tenido que aguantar los inconvenientes de una construcción así.

Uno de los 500 trabajadores que ayudaron en el Roig Arena el martes
La imagen exterior es potente y, al no ser de noche y no estar iluminada la fachada, esa sensación está atenuada. Pero la jardinería, la limpieza, la luz natural, la perfecta organización de los asistentes pasando los controles y accediendo a la zona de restauración hacen que llegues al primer anillo con la boca abierta. Todo está hecho con gusto. El cartel de la nueva tienda de Valencia Basket, por ejemplo. La gente se hace fotos, asombrada. Pide una hamburguesa, aunque no sea la hora de cenar. Bebida, porque hace calor, aunque hay zonas en las que, al margen de disfrutar de una preciosa vista de la huerta o del mar, corre una brisa reconfortante.

Aspecto externo del Roig Arena durante el evento del martes
Luego está la opción de entrar a ver las entrañas del Roig Arena. Personal amable. Te abren la puerta y vuelves a quedarte boquiabierto. Es una pasada. El videomarcador de cuatro caras y 76 metros de ancho cuelga vigilante. El segundo más grande del mundo. Un anillo de LED que te hipnotiza mientras recorres con la mirada las gradas. Después ese muro, una pantalla que ocupa casi todo un fondo, 76 metros de alta tecnología. Algo único. La sensación después, cuando empiece el espectáculo, lo corrobora. Por cierto, la climatización, increíble. Manga larga, no viene mal. Una maravilla en pleno sofoco.
A las 21 horas la gente ya estaba camino de sus sitios. La pista, abarrotada. Las gradas, hasta el primer anillo, también. Momento para la tecnología. Otra vez, los asistentes boquiabiertos. Con el anillo, con el videomarcador, con el muro. LG, el proveedor elegido. Alta definición es poco. El futuro ya está aquí, que se suele decir. Un lema: de Valencia, al mundo. Nunca mejor dicho. El Roig Arena resitúa la ciudad en el mundo del espectáculo. El 6 de septiembre se inaugura con un homenaje a Nino Bravo, pero luego ya no para. Y eso sólo el principio, porque los mejores pasarán por Valencia. Seguro. Cuestión de tiempo. Cuando Juan Roig apostó por Víctor Sendra para liderar el proyecto, buscaba la excelencia. Objetivo cumplido por lo visto el martes en el primer evento. Habrá cosas a mejorar, seguro, pero la primera impresión fue espectacular. Imponente.
El toque valenciano, local, con las actuaciones de la precoz Sandra Valero y de los eternos Seguridad Social puso a la gente a tono. A los más mayores, viajando en el tiempo. Al escenario subió Juan Roig, para agradecer a todos los suyos (trabajadores, proveedores, patrocinadores y familia) y a los vecinos. Las gracias las tenemos que dar los valencianos por disfrutar de Valencia Basket, del Maratón, del Roig Arena y de las ayudas incontables a nuestra sociedad. Para cerrar ese conector con la que será primera noche oficial. Un Beso y una flor. De Nino Bravo. No podía haber mejor colofón. De Valencia, al mundo.